Todo en nuestro cuerpo está conectado de una u otra forma. Si nos duele la cabeza, puede ser tensión en los músculos del cuello, si nos mareamos, es posible que nuestra presión esté muy baja, y así.
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En relación al estómago y la digestión, hay cientos de factores que pueden estar causando malestar, hinchazón, dolor u otros problemas. También tenemos claro que el síndrome de colon irritable puede asociarse a estos síntomas y desde ahí, podemos llegar a un factor más específico aún: la ansiedad.
Los trastornos de ansiedad producen molestias estomacales, pero si hablamos exclusivamente de exceso de gases, también podemos llegar a conclusiones interesantes.
Uno de los síntomas más comunes de la ansiedad es la respiración anormal. Respiras más rápido, de manera superficial o aguantas el aire inconscientemente cuando se sientes amenazada.
Cada vez que respiras mal, demasiado rápido, tu cuerpo retiene aire. ¿Cómo crees que se eliminará? Ya debes saber la respuesta. Si estás estresada, eso tampoco ayudará a regular tu intestino: más gases, más incomodidad.
Concéntrate en tu respiración; eso no sólo te ayudará a evitar el exceso de gases, también bajará tus niveles de ansiedad.