«El deporte por sí mismo no afecta a la caída del pelo, el deporte, al contrario, es beneficioso para el estado general del organismo. En cambio, las situaciones de estrés sí pueden influir en la caída del pelo, haciéndola más evidente cuando se pasan períodos de mucha dificultad emocional o anímica», explica la cirujana estética Bettina Travanti, de Clínicas Dorsia.
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El problema pues no está, como muchas veces se ha creído, ni en la sudoración excesiva, ni el lavado rutinario, ni tampoco en el uso de gorras.
Los factores que favorecen la caída son: «genéticos (herencia familiar), factores hormonales (alopecia androgenética), la edad como parte del envejecimiento, el estado físico y psicológico, el estrés, depresión, una alimentación inadecuada, malos hábitos (tabaco, alcohol), postparto, traumatismos físicos, las enfermedades infecciosas del cuero cabelludo o secundaria a cirugías (alopecia cicatricial)», insiste la especialista.
Son muchas las razones, siendo en los deportistas de élite un plus el factor emocional, como es el caso del tenista o el portero, que presumiblemente se habrían injertado cabello.
La presión y gestión de sus triunfos o derrotas son un factor a tener en cuenta, pues como explica la doctora Travanti, «un personaje público está sometido a estrés por el simple hecho de que cada cosa que haga va a estar siendo analizada por el resto. En el deporte de élite igual. Pero es importante diferenciar el factor causal de factores extras, que sumados todos, influyen en el proceso».
Los casos se alopecia se dan sobre todo en varones y comienza a ser preocupante cuando se rompe el equilibrio entre el crecimiento y la caída. Si perdemos más del que nos crece se puede iniciar una calvicie incipiente.
Llegados a este punto, y siendo en la mayoría de los casos irreversible, existen actualmente dos técnicas de injerto de cabello.
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«Los métodos son FUSS y FUE, que consisten en obtener de una zona donante (la zona occipital – posterior) los injertos necesarios, para luego plantarlos en la zona receptora (zona alopécica), previo tratamiento de los mismos (selección y clasificación de las unidades foliculares)”, comenta la especialista.
Dependiendo de la técnica, si es FUSS, se obtendrá una tira de cuero cabelludo, para luego cortarla en pequeñas unidades foliculares, “y si es FUE, se sacarán uno por uno cada injerto, para luego proceder a su plantado. La ventaja de la FUE es que no deja cicatrices visibles», avisa la experta.
La buena noticia es que estos pelos nuevos no se pierden, pues que al no estar sometidos a la influencia hormonal son fuertes y resistentes. Hoy, ser calvo, es voluntario.
Fuente: Correr y Fitness