Estilo de Vida

La sorprendente desventaja de ser “demasiado feliz”

Investigadores estadounidenses identificaron un factor desfavorable en la percepción de las personas con mayor dicha. Cuál es y cómo fueron los tres experimentos para dar con ese resultado

Ser feliz, además del propio bienestar personal, presenta variados beneficios. Distintos estudios sugieren que las personas que aparentan mayor felicidad también tienen relaciones personales más numerosas y sólidas, a la vez que se desenvuelven con más solvencia en el ámbito laboral. Son consideradas más atractivas, confiadas y agradables, aunque no todo sería tan positivo.

Un nuevo estudio realizado por investigadores de las Universidades de Nueva York, Chicago y Pensilvania concluyó que las personas percibidas como muy felices también son proclives a ser consideradas más ingenuas.

El equipo de investigación arribó a esa conclusión después de llevar adelante varios experimentos que buscaban probar el vínculo entre la magnitud de las emociones positivas propias y las percepciones de los terceros.

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Una investigación previa ya había encontrado que las personas a menudo alcanzan la felicidad a partir de la supresión de pensamientos negativos y que suelen ser más confiadas, más proclives a caer en un engaño o estafa, que aquellos menos felices. Con este nuevo estudio, se intentó conocer si este fenómeno se replica en la percepción de los demás.

En el primer experimento, los participantes -todos estudiantes universitarios- evaluaron una encuesta falsa de otro supuesto alumno universitario.

La encuesta señalaba cómo se sentían con respecto a la vida en general en una escala del 1 al 11, aunque en realidad los investigadores habían inventado los resultados. Al ser juzgados, los más felices también fueron clasificados como los más ingenuos.

Los investigadores explicaron que la razón por la cual los participantes juzgaron de tal manera es que, según su percepción, los más felices perciben de forma superficial los eventos negativos de su vida.

En el siguiente experimento, los participantes fueron más propensos a elegir como su pareja de negociación a otra persona cuya foto lo mostraba sonriendo exageradamente. De acuerdo a la mirada de los estudiantes, a una persona muy feliz sería más fácil sacarle una ventaja en un acuerdo.

En el último ensayo, los estudiantes debían ofrecer asesoramiento a un tercero sobre la cantidad de dinero que había en un frasco. Tenían la posibilidad de decir el número que creían correcto o de brindar un consejo sesgado. En la mayoría de los casos, las personas consideradas más felices fueron engañadas.

En cuanto a las implicancias reales de estos hallazgos, los investigadores recomendaron, por ejemplo, que los vendedores tengan cuidado con la imagen que ofrecen a sus clientes.

Si se muestran demasiados sonrientes, pueden verlos como poco informados o mal equipados para lidiar con sus reclamos. Incluso los líderes, aseguran, deberían reparar en su exhibición de felicidad para no ser engañados por sus empleados.

Fuente: Infobae

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