Abrazarse a un árbol parece una tontería pero si lo es, bienvenida sea esta bendita locura que, así, a bote pronto, aunque solo sea por pensar que es una bobería está ayudándonos a sonreír y a sentirnos más cerca de la naturaleza que nos rodea.
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«Blinded by Science”, una investigación realizada por Matthew Silverstone, comprueba científicamente el poder de los árboles para mejorar la concentración, aliviar la ansiedad y ayudar a liberarnos de pensamientos negativos.
En ese sentido, hay toda una filosofía alrededor de esta idea. Los poderes terapéuticos del árbol van desde cargarnos de buenas vibraciones hasta su uso como un remedio para curar dolencias, atribuyendo a cada tipo de árbol unas propiedades diferentes, según el portar Ecología Verde.
Dime qué árbol abrazas y te diré que padeces
También, existe la página de Facebook, Salud Con Remedios, que señala que dependiendo del tipo de árbol que abraces, este tiene distintas propiedades curativas:
Si abrazas a un Sauce reduces la tensión sanguínea y fortalece el aparato urinario. Mientras que si abrazas a un Pino fortalecerás tu sistema nervioso y prolongarás tu vida.
Para reducir el calor lo ideal es abrazar a un Ciprés y si quieres limpiar tu corazón una Higuera te ayudará. Abrazar a un Abeto ayuda a reducir la hinchazón y a curar los huesos.
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Un Arce te ayuda a mitigar algún dolor. Para fortalecer el estómago y tranquilizar la mente el Olmo te ayuda.
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