Los científicos del Centro de Medicina de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos) se propusieron el objetivo de descubrir cómo influye en las articulaciones la costumbre de tronar los dedos.
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En términos generales, una articulación es el lugar donde se unen dos huesos, rodeado por una cápsula articular llena de líquido. Cuando tronamos los dedos, estamos ampliando el espacio entre los huesos. El líquido articular se vuelve insuficiente para llenar el vacío. Por lo tanto, la presión en el interior disminuye, se forma una burbuja llena de gas. Cuando se revienta, escuchamos el sonido característico.
El radiólogo Robert D. Boutin y el cirujano Robert Szabo analizaron los datos recibidos tras observar a 40 personas, 30 de las cuales tenían la costumbre de tronarse los dedos. Otras 10 nunca lo hacían, al menos, no de forma consciente. Resulta que justo después de tronarse los dedos, en las articulaciones aumenta la amplitud de su movimiento, y sucede una especie de calentamiento. Tal vez sea una buena prevención de la artritis, sin embargo, esta cuestión aún se debe investigar más a fondo. También se descubrió que los amantes de tronarse los dedos no padecen de hinchazón, artritis u otras enfermedades articulares. A pesar de las ventajas de este hábito, hay que tomar en cuenta que puede ser una señal de neurosis. Y que simplemente hacerlo a menudo puede irritar a los demás. Con información de Genial
