Beber agua o comer no previene la resaca según una nueva investigación. El estudio se realizó en Países Bajos y Canadá y analizó los hábitos de consumo de las personas y las consecuencias que les presentan al día siguiente.
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Para llegar a esa conclusión entrevistaron a 789 estudiantes canadienses acerca del número de bebidas, el plazo del consumo y la gravedad de su resaca.
Los investigadores establecieron una relación directa entre cuanto más se bebe y las probabilidades de tener resaca, mientras más se bebía mayores posibilidades existían.
Sobre la reducción de síntomas sí se come o se bebe agua determinaron que no es determinante.
Para ello, preguntaron a 826 estudiantes holandeses sobre su última sesión de consumo excesivo de alcohol y si habían tomado comida o agua tras la ingesta de alcohol. Un total de 449 estudiantes (54,4%) comieron después de beber. Se pidió a los estudiantes que calificaran su resaca de ausente a extrema, siendo la resaca no muy diferente entre los dos grupos.
«Los que tomaron agua o alimentos mostraron una ligera mejora estadística en cómo se sentían frente a aquellos que no lo hicieron, pero esto realmente no se traduce en una diferencia significativa. Por lo que sabemos de las encuestas hasta ahora, la única forma práctica de evitar una resaca es beber menos alcohol», concluye Verster a 20 minutos.com.