Convención social o cuestión de higiene. Ingresar a la ducha todos los días era impensado hasta hace algunas décadas, pero se convirtió en un hábito generalizado en las personas, quienes han rutinizado esta costumbre en momentos determinados del día.
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El hecho de que el cuerpo obtenga una dosis de agua y jabón cada día resulta necesario. Sin embargo, otras excusas envuelven el acto de bañarse todos los días.
Quienes lo hacen bien temprano, aseguran que es un método infalible para despertarse. Aquellos que eligen la noche utilizan la ducha como un momento de disfrute y relajación, dejando atrás un día cargado de actividades intensas. O
tros para combatir el frío o por qué no para aliviar el calor del verano.
Activa las conexiones cerebrales
Una investigación realizada por el neurólogo Marcus E. Raichle, publicada en la revista Investigación y Ciencia, destacó que la red neuronal es una parte del cerebro que se activa cuando una persona se «desconecta» de su rutina y logra unir la información recibida del exterior con los datos almacenados en la mente. Se llega así a un estado de «atención descentralizada» que favorece la aparición de buenas ideas.
Pero, ¿en qué momento del día se alcanza este estado? «Al escuchar nuestra música preferida, realizar ejercicio físico moderado o darse una ducha. Siempre y cuando estas actividades encuentren su disfrute en forma relajada», explicó el informe de Raichle.
Centrarse en sí mismo.
En la ducha, el acto en sí mismo permite enfocarse en el cuidado personal. El efecto del agua sobre la piel es una caricia que centra las atenciones únicamente en el cuerpo. Olvidarse por un rato de los problemas y de las preocupaciones del día, desbloquear la mente y lograr que la memoria y la capacidad de razonamiento fluyan mejor son parte de lo que ocasiona esta actividad.
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Libera el inconsciente.
Un artículo publicado en la revista Mental Floss aseguró que «esas revelaciones intuitivas que sorprenden en forma favorable a una persona cuando se ducha se debe a lo que en la psicología se conoce como incubación».
Este fenómeno consiste en enchufar el «piloto automático» cuando se realizan actos rutinarios que no requieren trabajo intelectual, o lo que es lo mismo, dejar el inconsciente se ponga divagar y jugar con ocurrencias sencillas.
Alice Flaherty, neuróloga del Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, aseguró que «el ingrediente biológico fundamental en la incubación es la dopamina, el neurotransmisor que se libera cuando una persona se relaja y lo dota de una mayor motivación y de un número más elevado de ideas productivas, de manera que a más relajación, más dopamina, y a más dopamina, mayor capacidad creativa».
En lo que respecta a la salud e higiene, la dermatóloga Silvia Misuriello (MN 74.587) le dijo a Infobae que «no es malo ducharse a diario, aunque para responder en forma específica hay que evaluar la piel de cada persona. En términos generales, no debería producir ninguna consecuencia negativa».
Sin embargo, abusar de los jabones y del agua puede derivar en una piel seca e irritada. Es por eso que la clave es el equilibrio. «Bañarse cinco veces al día no es necesario, pero tampoco es bueno dejar la higiene de lado», aclaró Misuriello.
En ese baño diario, existen una serie de claves que sí es conveniente cumplir. «Por un lado el tema de los jabones. No es bueno abusar en algunas partes del cuerpo ya que pueden secar la piel. En las zonas más sensibles -genitales, pies, axilas y manos- sí es necesario un enjabonado correcto», dijo Misuriello.