Seguramente te ha ocurrido que te quedaste dormido en el bus de transporte público, pero por algo que tú consideras suerte, despertaste justo antes de pasarte de paradero. ¿Cuál es la verdadera explicación de esto?
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“Normalmente es por entrenamiento. Es como cuando tienes que madrugar para coger un avión y te despiertas incluso antes de que suene el despertador”, afirma el doctor Juan Antonio Pareja Grande, director de la Unidad del Sueño de la clínica Quirón de España, en diálogo con Verne de Elpais.com
Es especialista también señala que “tenemos una serie de relojes internos que no siempre se conocen muy bien”, además de algo parecido a un «GPS cerebral».
De acuerdo a Pareja, el sueño en el autobús es «muy fragmentado», pues nuestro organismo está predispuesto a dormir de noche. En el día la luz molesta y el ruido igual.
Microsueño
Es común que incluso cabeceando desde el asiento, escuchemos los avisos de parada y nos percatamos intermitentemente de que estamos por llegar a nuestro destino, pero mientras no lleguemos volvemos a cerrar los ojos.
Este tipo de microsueño es de baja calidad, muy superficial e incómodo, sostiene el doctor Pareja, quien lo compara a comer corriendo.
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El profesional refiere que esas cabeceaditas son resultado de esas horas que quizá te faltaron dormir durante la noche. “El sueño se regula de forma homeostática, de forma similar al hambre o a la sed”, dice. Igual, todas las personas tenemos necesidades de sueño distintas, por eso es que algunos duermen profundamente en el bus y se pasan de parada.
¿Nuestro cerebro se programa para una hora determinada?
El experto en Medicina del Sueño Eduard Estivill contesta que esa es una «apreciación personal» y recomienda no dejar de poner la alarma.