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En un nuevo capítulo de «Problemas del Primer Mundo» (First World Problems), les presentamos a la abuela que demandó a KFC por no llenar hasta el tope su vaso con pollo frito.
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Claro, porque en Estados Unidos, Anna Wurztzburguer, una mujer de Nueva York, protagoniza un insólito proceso penal. Y todo porque no le dieron el suficiente pollo frito para sentirse satisfecha. Afirma que su vaso de pollo de 20 dólares no traía el contenido que la cadena promocionaba en su publicidad.
Y ahora, para sentirse «resarcida por el daño que le han hecho», pide solamente 20 millones de dólares. Casi lo que gana Scarlett Johansson en un año, según la revista Forbes. Como la mujer vive de su subsidio de jubilación, qué mejor manera que demandar a una marca por falsa publicidad.
A las chicas de verdad les gusta el pollo frito
La mujer estaba furiosa, porque compró algo que en realidad no promocionaban. «Solamente dije, ¿dónde está el pollo? Solo tenían un par de presas. Llenaron la mitad del vaso. Eso es falsa publicidad, no alimenta a toda la familia. Son piezas pequeñas», denunció la anciana.
De esta manera, se quejó con la empresa en su filial de Georgia y le dijeron que el pollo solo estaba pintado así para que la gente pudiera verlo. Ante esto, ella replicó que era mejor que pusieran el pollo en un plato. Todo porque sí esperaba lo que le vendían.
Y claro, como no le solucionaron nada, contrató a un abogado y demandó por daños y perjuicios a KFC. Ya muy tarde: la compañía le mandó dos certificados de regalo que ella no usó y les devolvió. Ahora, les exige cambiar su publicidad e insiste en que muestren el producto real.
Antes se han ganado casos, contra otros productos, de la misma manera. Pero jamás se había tenido tal precedente en esta cadena de comida rápida, reportó el portal «The New York Post». Por supuesto, los consumidores se han quejado en otros lugares de que siempre se ofrece el producto más magnífico de lo que es.