Hombres y mujeres han estado consumiendo contenido sexual explícito desde que el mundo entró en Internet. Ahora, un nuevo estudio se centra en cómo el consumo de pornografía podría afectar al matrimonio. La investigación, que ha sido presentada en la reunión anual de 2016 de la American Sociological Association, sugiere que los hombres y las mujeres que comienzan a consumir pornografía en un punto intermedio de su matrimonio tienen más probabilidades de divorciarse que los que no lo hacen.
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Estudios previos sobre este tema ya habían sugerido que el consumo de material sexualmente explícito no es bueno para la salud conyugal; sin embargo, muchos de estos estudios eran bastante limitados. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Oklahoma (EE.UU.) ha sido capaz de analizar la forma en que la pornografía influye el matrimonio durante varios años.
El nuevo documento ha examinado los datos de la Encuesta Social General de 2006 a 2014, un sondeo que pregunta a miles de estadounidenses por sus opiniones acerca de un gran abanico de temas. Precisamente porque son las mismas personas las que participan en estas encuestas durante varios años, los expertos pudieron realizar un seguimiento de cómo las actitudes, los comportamientos y los estilos de vida cambiaban con el tiempo.
Para medir el uso de la pornografía, se preguntó a los 5.698 encuestados -que previamente habían expuesto si estaban o no casados- si habían visto una película porno en el último año. 1.681 personas dijeron haber visto una película pornográfica, informando que además era la primera vez que lo hacían durante el período que duró al encuesta.
El análisis de los datos halló que las personas que comenzaron a ver porno eran más propensas a divorciarse de sus parejas durante el tiempo de seguimiento del estudio. Para los hombres, la posibilidad de llegar al divorcio aumentó de un 5% a un 10%. Para las mujeres, las cifras fueron del 6% a 18%. Eso sí, cuando las mujeres dejaban de ver pornografía, las tasas de divorcio caían del 18% al 6%. Esta cifra no fue tan llamativa entre los hombres.
¿Es el consumo de pornografía el que provoca los problemas o es un síntoma de un matrimonio infeliz? Samuel Perry, líder del trabajo, opina que los datos muestran una causalidad: “Estamos bastante seguros, basándonos en el análisis estadístico que hicimos. Nos acercamos a donde podemos decir que hay un efecto direccional”.