Andar en bicicleta, según el descubrimiento de algunos científicos, pone en riesgo la vida sexual del individuo al practicar este deporte. Estos males se pueden presentar en hombres y mujeres.
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Se ha demostrado que la práctica inadecuada del ciclismo puede disminuir la función eréctil. Así lo dio a entender el estudio del National Institute for Occupational Safety and Health, que comparó la actividad sexual de 17 hombres que practicaban el ciclismo y cinco que no lo hacían.
Luego de este análisis, los científicos llegaron a la conclusión de que aquellos ciclistas que rodaron por más de cinco horas al día, experimentaron menos erecciones nocturnas que los que no anduvieron en bicicleta.
Esto se debe a los posibles daños en ingle y circulación que los asientos de bicicleta tienen sobre el aparato reproductor masculino, lo cual sugiere la necesidad de diseños innovadores para la silla de montar en bicicleta.
Por otro lado, en las mujeres el uso excesivo de la bicicleta podría llevar a la falta de sensibilidad genital.
El Albert Einstein College of Medicine realizó un estudio con 48 mujeres ciclistas de diferentes edades que anduvieron en bicicleta durante una semana por dos o tres horas.
Como conclusión, descubrieron que existe una relación entre el ciclismo y la disminución de la sensibilidad genital en las ciclistas profesionales y con varios años de experiencia, pero no en aquellas que usan de forma común este medio de transporte.
