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La inmensa mayoría de hombres que piensan que su pene es pequeño están dentro de la media entre 10 y 15 centímetros en erección. Los últimos estudios hablan que 12% de hombres consideran su pene pequeño, pero en realidad solo uno de cada 10.000 hombres tiene un micropene.
Normalmente la percepción de que el pene es pequeño se hace por comparación con otros penes. Por ejemplo, la comparación con los actores porno o en los vestuarios del gimnasio (lo que se conoce como el síndrome del vestuario). Muchas veces es un problema de apreciación óptica, nuestro pene lo vemos desde arriba, el de los demás frontalmente o de perfil. Es lo que los psicólogos llaman acortamiento en perspectiva
Existen también otros factores que pueden repercutir en la apreciación de un miembro acortado como un exceso de grasa o vello púbico. “Los actores porno tienen el vello púbico rasurado porque así estéticamente el pene parece de mayor longitud”, indica el doctor Jesús Eugenio Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano en España.
“El tamaño del pene ha sido en la mayoría de culturas y será algo asociado a la masculinidad, la capacidad reproductiva y sexual, un símbolo de poder por el que muchos hombres sufren llegando a padecer en los casos más graves un cuadro denominado Trastorno Dismórfico Corporal”, agrega.
Este desorden se manifiesta pérdida de autoestima, ansiedad, depresión, inseguridad y temor al inicio de relaciones de pareja. “Se trata de una alteración mental donde existe una elevada ansiedad y preocupación. Conlleva serias limitaciones al hombre a la hora de relacionarse, evitando actividades como ducharse en un gimnasio o mantener relaciones sexuales. Aproximadamente uno de cada 100 españoles padece esta alteración”, dice Rodríguez.
Por más que la cultura popular se empeñe en que a grandes dimensiones, mayor satisfacción, parece que la ciencia se resiste a corroborar esta afirmación, al menos en algunos tipos de relaciones.
“El placer de la mujer está relacionado con el contacto con el clítoris, la zona exterior de la vulva y la entrada de la vagina, por lo que la obsesión por el tamaño del pene no tiene ningún fundamento funcional o de placer, sino solo estético. Lo mismo podemos decir en cuanto a la reproducción. Personalmente no conozco ningún caso en el que el tamaño del pene sea causa de esterilidad”, continúa Ferrán que aboga por convencer a quienes tienen un falo normal de que el problema no está en su pene.