Un golpe en los testículos produce una agonía indescriptible, ¿pero sabías que la sensación de dolor tiene lugar en el estómago? Antes de explicar la dolorosa lógica de estos golpes, debes entender cómo funciona el cuerpo ante el daño físico.
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El organismo humano libera un neurotransmisor químico llamado Sustancia P cuando recibe daño físico. Este neuropéptido envía una señal nerviosa que viaja a 426 kmh hasta el cerebro para informar de la zona concreta que ha sido afectada por la agresión. La masa gris responde enviando una señal de dolor equivalente a la zona afectada para que la persona reaccione ante la amenaza.
El nivel del dolor depende de la cantidad de receptores del mismo que hay en cada zona. Como las gónadas masculinas están expuestas (a diferencia de las mujeres que cuentan con los ovarios en su interior), éstas resultan muy sensibles cuando reciben alguna agresión. Para empeorar las coas, una densa red de nociceptores protege el organismo por su importancia reproductiva.
Ahora precisemos sobre el desarrollo de los testículos. En una primera etapa, los testículos se forman en el abdomen y de ahí descienden hacia su posición definitiva. Por esta razón las terminaciones nerviosas convergen hacia arriba en el abdomen, concretamente en el nervio vago, explica la página Gizmodo.
Finalmente, el nervio vago es el que desencadena el intenso dolor debido a su red de terminaciones nerviosas, que nace desde el bulbo raquídeo hasta la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas, y el hígado entre otros.
Cabe señalar que no es que los testículos no duelan tras el golpe, sino que la sensación de dolor es mucho más intensa en el estómago por las terminaciones nerviosas del abdomen. Dependiendo de su intensidad, el nervio vago hace que el dolor venga acompañado de lágrimas, mareos y náuseas.