El ser desordenado tiene mucho de positivo, ya que serían unos genios y más productivos, según se ha revelado por Eric Abrahamson y David H. Freedman, autores del libro “A Perfect Mess: The Hidden Benefits of Disorder”.
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En el libro los escritores afirman: “en un escritorio desordenado las cosas importantes tienden a estar en el tope o en un sitio donde las encuentras. Las cosas que se pueden ignorar resultan en el fondo del desorden, lo cual es razonable.”
Con este argumento, se quiere explicar por qué la razón del desorden. También se dice en el libro que ser desordenado sería una manera de priorizar las cosas y ayudarse para producir más poniendo a prueba sus habilidades de resolver problemas en lugares que no son muy convencionales.
Esto se confirma por un estudio que los autores presentaron, realizado por la Universidad de Minnesota Carlson School of Management. En la investigación, se ratifica que en los ambientes desordenados son buenos para inspirarse y generar nuevas ideas.
Además, se considera en el libro que la persona inteligente conoce que no vale la pena perder tiempo en ordenar las cosas porque estas “se van a volver a desordenar”. Es decir, mantener todo desordenado sería valorar el tiempo.