La familia real británica, encabezada por la reina Isabel II, está «disgustada». Esto tras el inesperado anuncio de la retirada de los duques de Sussex, Meghan Markle y el Príncipe Harry.
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La iniciativa de la pareja, al parecer, «tomó por sorpresa» al palacio de Buckingham. El Palacio afirmó que aunque se habían iniciado las conversaciones sobre el futuro de ambos, estaban «en una fase temprana».
«Entendemos su deseo de tomar un enfoque diferente, pero son asuntos complicados que llevará tiempo resolver», declaró en una nota.
Además de suponer un duro golpe para la familia real, el anuncio de los duques abre una serie de interrogantes en el Reino Unido.
¿Qué se debate? Por ejemplo, cómo combinarán el doble papel de miembros de la realeza y ciudadanos privados o cuestiones logísticas como quién pagará su seguridad o si recibirán fondos públicos.
Los duques, explican en un comunicado que, tras «meses de reflexión y debates internos», han decidido emprender «una transición» para forjar «un nuevo papel» más moderno dentro de la monarquía.
Revelan que darán «un paso atrás» como miembros destacados de la realeza para ser «económicamente independientes».
Al tiempo que seguirán «apoyando totalmente» a la Reina (presumiblemente en viajes o actos representativos) y a las entidades que ellos patrocinan.