“Esta película hay que verla con los ojos del corazón”, es la recomendación que brinda Ñaupany Puma, Sacerdote Solar y director de la película. El propósito de esta producción es transmitir que, en estos tiempos de caos, se necesita cambiar la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con el planeta.
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«La mente hace muchas preguntas cuando ves una película y esperas el miedo, las explosiones, la acción, pero verla con el corazón, es ver la armonía».
La cinta dura 81 minutos, y se realiza un peregrinaje donde se encuentra como solución, encender la verdadera energía del corazón, Munay.
En la película, cinco peregrinos de distintos países (no actores) siguen una ruta Ancestral del Ecuador, que conduce por tres lugares energéticos de la Naturaleza, recorriendo lugares mágicos de la Costa, Sierra y Amazonia. Todos son tierras vírgenes. La playa es en Manabí, entre Jama y Canoa, Ñaupany explica que para llegar al lugar hay que caminar medio día. En cuanto a la región de los Andes se filmó en Cuenca, en un sendero a 3.000 y 4.000 metros de altura. Finalmente las imñagenes del Oriente son en Archidona y para llegar hay que cruzar tres ríos.
En este viaje Místico, las leyendas ancestrales y la magia de la naturaleza, revelarán mensajes profundos, para comprender las fuertes transformaciones a las que nos enfrentamos en el Nuevo Tiempo, y que el camino para traspasar las adversidades, es desarrollar la energía creadora de amor, Munay.
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El amor a la Naturaleza y el futuro de la Humanidad, fue la razón que motivó a Ñaupany Puma a grabar la película. Para él, un primer paso es recordar que en América se vivió por miles de años, una conexión espiritual entre el ser humano y la Madre Naturaleza, con la cual mantenían un equilibrio y bienestar.
Aproximadamente un año tomó la producción de la película con estilo documental, donde participaron 16 personas entre peregrinos y equipo audiovisual. En el proceso de grabación recorrieron tres centros de energía ubicados en la Costa, Andes y Amazonía ecuatoriana.
“Vivimos momentos tan mágicos y profundos que varias veces las cámaras no pudieron filmar o los equipos no funcionaban correctamente, sin embargo, algo de esa magia de la Naturaleza se pudo captar y deseamos compartirla”, enfatiza Ñaupany Puma.
Otros de los objetivos de la cinta es tratar de lograr conciencia en los espectadores de la importancia de convivir con la naturaleza, con pequeñas o grandes acciones que transformen y mejoren la vida.
Ñaupany Puma ha creado una nueva forma de cinematografía en cada una de sus producciones, pues es desde la conexión con la Madre Naturaleza donde nace su inspiración y creación para plasmar sus obras de arte. Todas las etapas de la producción de sus películas, desde el desarrollo hasta la post-producción, se han llevado a cabo en medio de la naturaleza. Es ahí donde han convivido tanto los actores, como el equipo de producción durante varias semanas, aprendiendo también que la naturaleza puede ser nuestro hogar.
ÑAUPANY PUMA
Durante su trayectoria espiritual y artística, trata de revivir y compartir los valores ancestrales de amor a la Naturaleza, realizando trabajos cinematográficos, musicales y literarios, los que se han expandido por varios países.
En 1996, Ñaupany a través de su escuela de saberes ancestrales MUNAY SUYU, comenzó a ayudar a miles de niños y jóvenes de escuelas y comunidades Andinas, que sufrían discriminaciones sociales, después de algunos años extendió su ayuda a varios países de Latinoamérica como Perú, Bolivia y México.
En el 2006 fue galardonado por el INSTITUTE FOR CULTURAL AWARENESS (ICA-USA) con la «Pipa de la Paz», Chanupa.
En el año 2007 fue seleccionado como representante del Ecuador en el CÍRCULO DE ABUELOS SABIOS DEL PLANETA.
En este mismo año comenzó una gran tarea, un Peregrinaje alrededor de las culturas solares del planeta, con el fin de recopilar nuevos conocimientos para ayudar a sanar el “Corazón de la Madre Tierra, PACHAMAMA”. Este peregrinaje se transformó en una obra cinematográfica llamada «Pachakútec – Tiempo del Cambio», vista por más de 5 millones de personas en diferentes idiomas y galardonada en el año 2011, con el primer premio en el Festival de Cine Internacional (COSMIC CINE AWARD).
Luego, a finales del 2010, peregrinó una vez más desde el sur de Chile hasta el norte de México, realizando ceremonias por la hermandad de los Pueblos y el renacimiento de una nueva conciencia, de un Nuevo Sol, compartiendo conocimientos en el documental «Hijo del Sol».
