En medio de nueve volcánicas bocas yace el valle de Mejía escondido entre páramo y lagunas, entre venados y perros salvajes, entre la leche y las papas. En aquel lugar , hombres y mujeres trabajan arando la tierra fértil, ordeñando vacas y cosechando frutos; más allá en la urbanidad, los mejienses se dedican a la venta de víveres en tiendas de barrio, atención de oficinas dedicadas a trámites burocráticos o la enseñanza en escuelas.
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Una vez al año montubios, colorados, capitalinos y extranjeros regresan su mirada a Machachi para presenciar el Paseo Procesional del Chagra; aquella fiesta donde convergen ambos escenarios: la naturaleza y la ciudad. Este año, el desfile se realizará el sábado 22 de julio, sin embargo los eventos artísticos y culturales en el cantón, ubicado en el suroriente de Pichincha, comenzaron desde junio.
Acocha (Asociación Cofradía del Chagra) organiza las fiestas chacareras cada año en Machachi. Rafael Gómez de la Torre, presidente de la asociación desde mayo del 2017, en una entrevista para Metro Ecuador, explicó que el objetivo de Acocha es “realzar la figura del mestizo ejemplar, es decir del chagra”; por ello, en el desfile la gente deja de lado la corbata y los zapatos de tacón para lucir sus zamarros y botas.
¿Quiénes son los chagras?
Adrián Torres, sociólogo con mención en desarrollo, complementa lo señalado por Gómez y apunta que la figura del chagra es la máxima expresión del mestizo serrano en el Ecuador, donde “la parte más representativa está en el cantar de una nueva identidad uniendo elementos de lo indígena y lo español”.
El chagra es la persona del campo que ama a sus animales, a su tierra y que tiene en el caballo a su fiel compañero para el trabajo, de tal manera que ha logrado dominarlo y hacerlo útil para una serie de faenas ganaderas”, explica el presidente de Acocha.
En otras palabras, los chagras son las personas que por tradición familiar han tenido contacto con la vida de páramo. Juan Jaramillo (27) se considera chagra porque desde temprana edad tuvo contacto con la cultura chacarera, a los ocho años aprendió a montar caballo y a los 12 debutó en el Paseo del Chagra junto a su familia.
Al igual que Jaramillo, aproximadamente dos mil personas desfilan cada año en sus caballos, aquellos animales que también son protagonistas en el desfile. Torres, en su visión de sociólogo, explica que la estrecha relación entre los chagras y los caballos existe desde la “época poscolonial y prerepublicana donde las extensiones de los latifundios eran del tamaño de una provincia” y, por lo tanto, era esencial utilizar al equino como medio de transporte.
Así como los machacheños preparan el poncho, el sombrero de cuero y la cantimplora con trago artesanal, los caballos también se alistan para desfilar en la ciudad. Jaramillo, con base en su experiencia, comenta que, el día anterior al desfile, las familias se dirigen a las haciendas, lazan a los caballos, les ponen la montura y los cabalgan hacia Machachi.
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¿Por qué ir al Paseo Procesional del Chagra?
Alejandra Flores, socióloga, explica que es importante la conservación de las fiestas tradicionales porque estas representan parte de la historia y cultura de una sociedad.
Obviamente con el paso de los años, generación tras generación, las fiestas adquieren un tinte distinto”, explica Flores.
Sin embargo, Flores aclara que a pesar de las transformaciones, las fiestas populares siempre tendrán significaciones similares.
En la misma línea, Torres aclara que conocer las fiestas tradicionales en el Ecuador es importante porque “permiten ampliar nuestro horizonte cultural y anclarnos a una identidad que abrace los rituales, hábitos, comportamientos y valores propios de una sociedad”.
Por ello, el Paseo del Chagra es una oportunidad de conocer un poco más del país. Gómez, como presidente de Acocha, comenta que para este año se pretende llevar a cabo un “desfile organizado que llame la atención del turista local, nacional e internacional”.
Para aquellos que ya decidieron ir al ‘Chagra’…
Según el portal del GAD Municipal de Mejía, la policía municipal, el ECU 911, la Unidad de Riesgos del GAD, el Cuerpo de Bomberos del Cantón Mejía, la Cruz Roja Cantonal y otros organismos estarán a cargo de la seguridad de los participantes y visitantes.
Este año, la calle principal de Machachi, avenida Pablo Guarderas, estará cerrada por arreglos del municipio; por lo tanto, la ruta del desfile y el ingreso vehicular será diferente, tal como se describe en los mapas que el Municipio de Mejía compartió en Facebook:
Por otro lado, la comida típica no puede faltar en las fiestas de cantonización de Mejía. Las familias se organizan y preparan hornado, fritada o cuy; bailan al son de música popular y toman cerveza, puntas y otras variedades de licor.
Algunas familias van a las haciendas y disfrutan de una fiesta familiar acompañados del frío característico del páramo. Jaramillo comenta que con su familia incluso disfrutaban de toros.
Sin embargo, la mayoría de locales y turistas acuden a los toros populares organizados en el sector del Complejo Deportivo.
En cuanto al alcohol, que generalmente caracteriza a las fiestas populares, Gómez enfatiza que este año esta prohibido el consumo exagerado de licor:
Vengo este momento de una reunión con policías y militares; vamos a hacer hincapié en que los participante no pueden ingerir alcohol, sentenció.
En búsqueda de una explicación profesional para entender la estrecha relación de la festividad popular y el licor, Torres aclara que en el proceso de colonización «los indígenas veían al alcohol como la única forma de poder sobrellevar la realidad que debían afrontar». Ahora se ha incluido al trago como parte de los rituales.
Gómez aprovecha para motivar a los turistas que acudan a la fiesta chacarrera de la Capital Mundial del Chagra, pero también invita a todas las personas mayores de edad, amantes del cantón y del campo a ser parte de Acocha, desde agosto.
