Las ceremonias por los Premios Oscar tampoco estuvieron exentas de la política que envuelve a Estados Unidos. Primero fue el presentador Jimmy Kimmel quien hizo alusión a Donald Trump y cuando mencionó a Meryl Streep, quien tuvo una polémica con el presidente estadounidense, recibió un aplauso por parte del público.
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Pero no fue todo. El premio a Mejor Película extranjera fue para «The Salesman» del iraní Asghar Farhadi. Éste no fue a la ceremonia para solidarizar con la medida que se impuso de prohibirle la entrada a los inmigrantes musulmanes.
«Siento mucho no estar con ustedes esta noche. Mi ausencia es por respeto a la gente de mi país y de esas otras seis naciones a las que ha faltado el respeto la ley inhumana que prohíbe su entrada a Estados Unidos», dijo en su nombre la científica iraní Anousheh Ansari, que leyó un comunicado.
«Dividir el mundo en categorías de ‘nosotros’ y ‘nuestros enemigos’ genera miedo. Una engañosa justificación para la violencia y la guerra», agregó el realizador de 44 años, que ya en enero había anunciado que no asistiría a la gala.
«Los creadores de películas pueden girar sus cámaras para capturar cualidades humanas compartidas y romper estereotipos de varias nacionalidades y religiones. Crean empatía entre nosotros y los demás. Una empatía que necesitamos hoy más que nunca», cerró.