La máxima fiesta musical tuvo de todo: problemas en el escenario -de la cantante Adele y el grupo Metallica– hasta protestas políticas de Katy Perry y el grupo de hip hop A Trbe Called Quest.
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Pero ningún momento dejó a los fans más boquiabiertos que la aparición de Beyoncé, quien luciendo su pancita de embarazo de mellizos, coronada y rodeada de bailarines, encabezó un momento verdaderamente espectacular en el Staples Center de Los Ángeles.
El número arrancó con la cantante envuelta en velos bailando con un diminuto y glamoroso atuendo de cristales que dejaba al descubierto su vientre.
Obviamente, y debido a su visiblemente avanzado estado de embarazo, Queen Bey, como le llaman los fans, no hizo grandes giros o contoneos, durante la actuación, donde interpretó los temas “Love Drought” y “Sandcastles” de su disco Lemonade. Sin embargo, encabezó un momento no apto para cardiacos cuando al sentarse en una silla un mecanismo la inclinó 45 grados para dejarla medio suspendida en el aire, para impacto de los televidentes y fans que reaccionaron de inmediato en redes.
Hubo gente que aseguró sentir “miedo” por dicha rutina, otros calificaron el acto de arriesgado, dado al embarazo de la artista. Tras su actuación, Beyoncé reapareció en primera fila del show, ataviada de rojo y bañada en diamantes, al lado de su marido, Jay Z, luciendo de lo más serena.