A Michael J. Fox le diagnosticaron Parkinson mientras filmaba Doc Hollywood en 1991, en ese año tenía 29 años y estaba en un buen momento en su carrera.
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Aunque los médicos le aseguraron que su trabajo frente a cámara no se alargaría muchos años más, pero el actor superó los malos pronósticos.
Fox escondió su padecimiento al público durante siete años y durante ese tiempo negó lo que le estaba ocurriendo. Sin embargo, el continuó con su trabajo sin dejar de aceptar propuestas. ¿La razón? temor a que en un futuro no pueda hacer un buen trabajo por la enfermedad.
«Me diagnosticaron hace 25 años, y se supone que sólo iba a poder trabajar otros 10. A estas alturas ya debería estar prácticamente discapacitado, pero la realidad es muy distinta», declaró Fox, durante una entrevista con Haute Living.
El protagonista de Volver al Futuro y Pecados de guerra reconoce que hay días peores que otros, pero que la enfermedad no es algo que ocupe su cabeza todos los días de su vida. «No es una sentencia concreta».
Durante la entrevista, confesó que hoy enfrenta graves problemas para caminar y moverse. «Mi mayor desafío ahora es mantener el equilibrio. Puede resultar complicado porque cuando te has caído ya un par de veces a los 55, te das cuenta de que ya no tienes 25», expresó.
Para que los síntomas de la enfermedad de Fox sean más llevaderos practica meditación y boxeo. De hecho, aseguró que en el único momento en el que no se mueve es cuando esta dormido.
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Sin embargo, Fox asegura que le hace sentir bien que continuará en la industria. En la actualidad se prepara para un nuevo proyecto del que no quiere aún desvelar demasiados detalles.
Fox, además, está al frente de la fundación que lleva su nombre, una ONG que creó en el año 2000 dedicada a buscar una cura para la enfermedad, reseñó Infobae.com