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Sting: “Pasé un frío tremendo”

El cantante, siempre preocupado por los temas sociales y la política, nos habla sobre la peculiar forma en que se inspiró para su regreso con “57th & 9th”.

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Llego temprano a CherryTree Music en Beverly Hills. En una sala me hacen escuchar el último trabajo del cantante inglés, «57th & 9th». Mientras lo hago entra en la habitación y me saluda con una amplia sonrisa, algo que me tranquiliza, al fin y al cabo no se entrevista todos los día a una leyenda de la música como Sting y no se puede evitar estar un poco nerviosa. Cuando acabo, me dirijo a otra habitación donde me espera tomándose un té. Se levanta, me da la mano y comenzamos nuestra charla. Lleva jeans y una camiseta negra bastante ajustada que muestra bien su musculatura. Sin duda el yoga y una alimentación en su mayoría vegetariana le está dando buenos resultados a sus 64 años. Habla pausado y vocalizando cada una de las sílabas que pronuncia y se toma su tiempo para elaborar las respuestas. 

Hoy en día da la sensación que la música con sonido electrónico es lo que se lleva. Sin embargo tu disco tiene un toque de rock y guitarra. ¿Qué te hizo decantarte por esto en vez de tirar por el estilo David Guetta que tanto se lleva?

(Risas). Parte intrínseca de la vida de un músico es crear el factor sorpresa. Tanto por los instrumentos como por lo que dicen sus canciones. Por ejemplo, en los últimos años he hecho discos que tenían un toque más esotérico. Sencillamente por el hecho de que esa temática me llamaba la atención y tenía curiosidad por aprender cosas nuevas. Quizá la gente  asume que voy a seguir haciendo lo mismo, lo cual puede o no gustar. Pero tenía claro que para este disco quería hacer algo nuevo y sorprender a la gente con algo distinto. Me apetece que el público escuche algo mío que no esté esperando. Sin duda también les podía haber sorprendido con un disco de música electrónica (risas). Este disco ha sido algo espontáneo, grabado muy rápido y hecho con mis amigos. Todos los días iba al estudio en Nueva York, me reunía con mis compañeros y nos poníamos manos a la obra. Al llegar a casa intentaba darle más forma a lo que habíamos hecho, encontrar una historia y convertirlo en canción. Para mí, la experiencia ha sido pasármela bien.

¿Te resulta fácil encontrar la inspiración cuando te pones a grabar un disco?

Es muy difícil. La primera canción se llama “I Can´t Stop Thinking About You”, es una canción acerca de la obsesión. Realmente trata de un escritor que se sienta enfrente de una hoja en blanco que parece un campo nevado. Tu trabajo como escritor es escribir algo, escarbar para encontrar algo, una musa, una idea, algo al fin y al cabo que te inspire. Ese es el dilema de cualquier escritor, poder encontrar esa inspiración. La música para mí fluye mucho más rápido y me sale de manera más natural, pero la inspiración para escribir la letra de la canción proviene de un lugar mucho más misterioso que realmente no entiendo, pero sé que si tengo paciencia y disciplina vendrá. En cierta forma quiero encontrarme en una situación un tanto incómoda porque mi vida como te puedes imaginar es muy privilegiada. Donde vivo en Nueva York tengo una terraza, durante el invierno, cuando hacía un frío tremendo, por debajo de cero grados, me encerraba fuera con mi papel, mi pluma y música y no entraba en la casa hasta que acababa la canción. Es una manera de inspirarme y forzarme a escribir. Hice esto durante muchos días. Pasé un frío tremendo y por eso mi primera canción hace referencia a eso.

¿Hacia donde crees que se dirige la música en la actualidad y qué cambios ha visto desde que comenzaste?

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Es una pregunta muy difícil de contestar. Sinceramente no tengo la menor idea. Ni siquiera se donde se va a encaminar la mía propia en un futuro (risas). 

Pero, ¿no consideras que hoy en día el talento es algo que no es totalmente necesario para introducirte en el mundo de la música a diferencia de tus comienzos?

Prefiero no comentar sobre el tema. Considero que la música es algo muy importante para casi todo el mundo. Sí creo que hoy en día hay gente con más talento que cuando yo comencé. Lo que hace las cosas complicadas ahora y ha cambiado respecto a mis comienzos es como se entrega esa música. Quizás el “streaming” es la forma correcta. El problema es cómo nos pagan. Pero tengo confianza en que estos problemas se solucionarán a pesar de que ahora es un poco confuso. Tienes que pensar que la música es algo muy importante para prácticamente todo el mundo. En mi época, la música lo era todo, hoy en día existen muchas más distracciones. Hay muchas otras cosas en las que la gente está interesada como video juegos, Pokemon (risas), pero aún así la música sigue siendo parte de todos nosotros. Soy optimista, es algo que no va a desaparecer y seguimos encontrando gente con mucho talento. 

¿Tienes una relación de amor con la música o es más amor/odio?

Es sin duda una obsesión. En ocasiones puede ser una maldición. Un músico tiene que analizar música. Si la oyes en un ascensor o en un súpermercado y no te gusta no puedes desconectar, estás constantemente analizándolo. Por lo que yo valoro mucho el silencio y así poderme concentrar en lo que yo hago. No se si viste el artículo que se escribió sobre un escáner de mi cerebro que me hicieron en la universidad de Montreal. Primero de todo encontraron un cerebro, lo cual es estupendo (risas). Básicamente ponían diferente música, alguna que me gustaba y otra que no. La conclusión fue que los músicos escuchan con más partes del cerebro que las demás personas. Por lo que estamos malditos y bendecidos al mismo tiempo.

¿Cuál sería tu canción favorita de tu nuevo trabajo, si es que tienes una?

Si tenemos en cuenta el factor sorpresa, la más diferente es Petrol Head porque es muy rock and roll. Pienso que a la gente le va a sorprender. Por otro lado hay otra que considero muy sensible que esHeading South on the Great North Road, que trata un poco de donde vengo y por qué me fui en busca de una vida mejor. En este sentido está relacionado con otra canción llamada Inshallah que salvando las distancias trata también de gente buscando una vida mejor, de los refugiados. Pienso que todos en cierto modo somos refugiados, no al nivel de la gente de Siria, obviamente, porque ellos están en peligro inminente, pero si en el sentido que da igual donde vivas, tus antepasados siempre han venido de otro lugar. Tenemos que tener esto muy presente. La corriente de refugiados puede cambiar en el futuro, a lo mejor somos nosotros los que tenemos que buscar refugio y esperamos que nos acepten, no que nos pongan trabas. No estoy intentando con esto dar ningún tipo de solución política, pero es algo que se tiene que tratar con delicadeza y no como algo abstracto que no nos afecta. Tenemos que pensar en una cara, una familia, no sólo en números. No tengo la respuesta pero tenemos que resolverlo porque no va a desaparecer. Los motivos de las migraciones ahora son principalmente debidas a la guerra y a la pobreza, pero pronto también el cambio climático afectará por lo que es importante ponerse manos a la obra y  entre todos intentar solucionarlo.

Siempre has tenido una gran implicación con temas sociales. ¿Crees que la obsesión por el dinero, el poder y tener un cierto nivel de vida está provocando que el mundo sea cada vez más injusto?

Vivimos en un mundo donde es difícil vivir sin economía. Tenemos que intercambiar productos o servicios pero nos falta un sentido honesto de comunidad. Vendes lo que produces a gente que lo necesita y tiene posibles compradores. No se trata de que unos pocos posean todo. Y ahí está el problema. Eso debe cambiar.

Hace veinticinco años tú y tu mujer crearon la fundación Rainforest Fund para ayudar a los indígenas del Amazonas. ¿Qué labor siguen haciendo?

Sí, claro. En el Matto Grosso creamos una infraestructura legal para gente que ahí vivía y que no tenía ninguna capacidad de poder luchar por sus derechos. Básicamente es defender su derecho a la tierra en la que viven, educación, mantener su propia lengua. Este modelo lo hemos recreado en 21 países alrededor del mundo incluyendo sureste asiático y África. Tenemos más proyectos, están basados más en los derechos humanos que la naturaleza o la protección de los árboles, pero mi teoría siempre ha sido que sin personas que estén concientizadas en cuidar la naturaleza no se puede salvar ningún árbol. Las dos cosas van completamente unidas. Cuando explotamos de mala manera nuestro planeta, los primeros en sufrir son los más pobres. Todos tenemos una responsabilidad sobre este tema. 

Movimientos como el vegetarianismo ayuda también a contaminar menos el planeta.

Sin duda. Yo como muy poca carne, casi nada. El consumo de carne supone un gasto de agua inmenso y poluciona la capa de ozono. Es una industria con las peores consecuencias para nuestro planeta. La gente se debe concientizar.

Las redes sociales son hoy en día una herramienta que muchos artistas utilizan para promocionarse. ¿Cómo las usas y qué opinión tienes de ellas?

Tengo una cuenta de Twitter y una página en FB y contribuyo a poner información de vez en cuando pero no estoy obsesionado con ello, ni me paso el día entero mirándolas. Eso me volvería loco. Si te soy sincero tengo un Smartphone como casi todo el mundo, lo uso para hacer una llamada y lo apago. No mando mensajes ni whatsapp. No es fácil ponerse en contacto conmigo porque casi siempre lo tengo apagado. 

Recientemente hemos visto como en tu país la gente votaba que sí al Brexit. ¿Qué opinión te merece?

Yo voté a favor de que nos quedáramos en la Unión Europea pero puedo entender por qué la gente votó para que nos saliéramos. En un principio se engañó a la gente tanto por parte de la prensa como por parte de los políticos. Pero el gran error ha sido hacer un referéndum. Elegimos a los políticos para que tomen esas decisiones por nosotros, la gente en un referéndum vota casi siempre basada en la emoción y eso no es bueno. Hay que basarse en hechos y por eso tenemos un sistema político que se encarga de ello. Esa es la función del parlamento. La gente ha votado desde la emoción y lo que querían era darle una patada en la cara al gobierno. No soy partidario de los referéndums, no es la forma adecuada de votar. Es el arma que usaba Hitler, era su herramienta favorita para conseguir lo que quería. Sabía que tratando con emociones básicas se consigue mucho de la gente. Está basado en el miedo, el odio y la sospecha y un referéndum es perfecto para canalizar todo esto. Así que cuando sea Rey, lo evitaré (risas). Es broma

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