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Con tantas nuevas plataformas para comunicarse y expresarse, la gente apenas ha tenido tiempo de asimilar que todo lo que puede publicar tiene consecuencias. Si algo tan pequeño como un tuit puede ocasionar un escándalo viral enorme, imagínense lo que podría causar un escándalo sexual transmitido en Snapchat.
Hay que partir por casos tan infortunados como el de la ejecutiva Justine Saco, que tuiteó hace algunos años que no esperaba contagiarse de SIDA en África (antes de viajar allá). En su condición de WASP (White Angle Saxons Protestant o Blanca, Anglosajona y Protestante ) privilegiada, que no sufre de cerca problemáticas tan duras como el racismo y el subdesarrollo, su publicación indignó a miles. Eso dio para crear un hasthag llamado #HasJustineLandedYet.
Por supuesto, luego de toda la tormenta, no bastaron las disculpas y ella quedó despedida.
Y si eso les pasa a los adultos hechos y derechos y en redes relativamente «viejas», imagínense lo que pueden hacer los más jóvenes. El mundo no se terminaba de impactar con el caso de la pobre joven francesa Océane, que transmitió todo su suicidio por Periscope debido a la violación de su exnovio, cuando en Florida surgió algo peor.
Sucedió en la escuela secundaria South Fort Myers High School, en Fort Myers. Una estudiante de 15 años supuestamente fue captada en cámara teniendo sexo con varios hombres y mujeres en el baño de la escuela. En el acto se pueden ver por lo menos 25 muchachos participando.
Lo que ocurrió ya circula por Snapchat. Y fuera de eso, uno de los estudiantes ya fue castigado por «conducta inapropiada», luego de decir lo que pasó. Ya se confiscó un celular. Y uno de los estudiantes le contó al portal Fox 4 que por lo menos alguien del equipo de fútbol estuvo involucrado.
De hecho fueron más, reportó el canal. Todos ellos se encerraron con la estudiante en el baño. Por ahora los padres exigen que se investigue todo el asunto y se preguntan cómo pasó esto ante las narices de las autoridades escolares.