Hugh Hefner es sin lugar a dudas uno de los magnates más envidiado por la mayoría de los hombres. Fundó un imperio en 1953 y cambió la percepción del sexo que se tenía entonces.
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Actualmente está casado con una mujer 60 años más joven que él llamada Crystal Harris y, su emblemática mansión de Los Angeles está a la venta. En diciembre de 2015, la revista le dijo adiós a los desnudos.
Sus fiestas de cumpleaños se hicieron famosas porque todos los años lo festeja únicamente con su familia y amigos, bajo la temática de la película Casablanca (su favorita) y a la que los invitados deben asistir vestidos de forma acorde. Sin embargo, este año no se reveló si hubo festejo, tras la reciente muerte de su hermano Keith Hefner por cáncer.
Playboy es Hugh Hefner y Hugh Hefner es Playboy. Es difícil separar al hombre de la revista que continúa trabajando no por necesidad sino por principios. «Retirarme sería el primer paso hacia la tumba», asegura siempre que alguien le ha preguntado por qué no se olvida de Playboy y se lanza a disfrutar de todo lo que construyó.
El empresario nacido en Chicago, que de joven estudió psicología y que sirvió al Ejército durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, cambió para siempre la visión sobre sexo que se tenía en ese entonces en EEUU.
En 1953 escribió los primeros textos para la primera edición de «Playboy». Jamás imaginó que esa mezcla de fotografías de desnudos, artículos, entrevistas y consejos para relacionarse con el otro sexo tendría tanta aceptación. Su objetivo era dar una respuesta a la parte puritana de Estados Unidos.
Llegó a vender más de 5 millones de copias. En sus años dorados la revista era un objeto de culto, pensada para el lector refinado y vanguardista. En la actualidad la empresa implementó una estrategia de renovación para hacerle frente a una época donde muchos ya tienen acceso a imágenes de mujeres sin ropa. Esa situación contribuyó a que la tirada de la revista, cifrada en 5,6 millones de ejemplares en 1975, cayera hasta los 800.000 en la actualidad, según datos de la organización Alliance for Audited Media.
Hefner merece ser reconocido por mucho más que por los desnudos femeninos rodeados de buen periodismo y por hacer una marca registrada de un conejo diseñado en 1954.