Cuando te ponen los cuernos hay dos opciones: echarle la culpa a tu pareja o echarle la culpa al amante.
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En la sociedad china parece que lo tienen muy claro. Cuando se comete una infidelidad es necesario eliminar al amante. Y para lograr este fin, en los últimos tiempos ha surgido en el país asiático un nuevo y lucrativo negocio: empresas que ofrecen sus servicios para quitar del medio a “las otras”, a las «terceras personas».
Entre esas empresas especializadas en poner trabas a los amores paralelos al matrimonio se encuentra la consultora Weiqing, que literalmente significa “mantener el amor”. Este servicio, que solo se ofrece en el caso de los maridos que ponen cuernos, se basa en el auge de las infidelidades en China.
El paso de una sociedad rural a una floreciente sociedad urbana con más posibilidades económicas ha hecho que el fenómeno de los hombres ricos con amante sea algo común en China.
Según un estudio del Centro de Gestión de Crisis de la Universidad Popular de Pekín, realizado con motivo de la actual campaña contra los sobornos en China, un 95% de los funcionarios implicados en los 24 mayores casos de corrupción sucedidos en China en 2012 había mantenido relaciones fuera del matrimonio, y un 60% convivía con su amante.
Por ello, estas empresas ofrecen sus servicios contra las “destructoras de pareja” como una manera de salvar los matrimonios y el estatus social de las mujeres chinas.
El negocio que triunfa actualmente en China tiene un solo objetivo: eliminar a las amantes de los maridos infieles
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Estos servicios no son nada baratos. Se calcula que estas agencias cobran unos 300 euros la consulta de una hora y 30.000 como mínimo por el proceso de deshacerse de la amante.
Las mujeres que contratan estos servicios son mujeres chinas de entre 40 a 50 años y con buena posición económica. Son esposas que quieren mantener su matrimonio a toda costa ya que la opción de divorcio les supone un perjuicio de su situación frente al hombre.
Cada día se realizan entre 200 y 300 consultas en estas agencias y algunas han abierto varias sucursales en todo el país.
Estas agencias funcionan de una manera muy sencilla. Por detrás hay un completo servicio de bloqueadores, en su mayoría mujeres de edades comprendidas entre los 35 y 55 años. El programa envía a estas bloqueadoras a hacerse amiga de la amante, a menudo fingiendo ser una vecina, una compañera o la niñera. A continuación, estas mujeres tratarán de persuadir a la amante para que se retire de la escena. En ciertas ocasiones es necesario pagar grandes sumas de dinero, ya que el proceso puede implicar regalos de lujo, alojamiento o comer en restaurantes.
Si el negocio de las bloqueadoras de amantes funciona tan bien… ¿Para cuándo el de los bloqueadores de maridos infieles? Fuente: Playgroundmag