La acreditación de un rol subalterno de la mujer en el ámbito de la arquitectura no solo es injusta, sino que es obtusa. Es obvio que la sociedad se beneficiaría de un mayor protagonismo de las mujeres en el diseño de las ciudades, los espacios públicos, la vivienda y la arquitectura en general. Pero no desde un sesgo romántico que otorga a una mujer lo “delicado”, lo “doméstico” o lo “decorativo”, sino desde una comprensión holística de las necesidades más complejas de las dinámicas espaciales, así lo señaló Néstor Llorca, decano de la Facultad de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad Internacional SEK (UISEK) en el lanzamiento del libro “Pioneras de la Arquitectura, 1930-1980. Estudio e inclusión de sus aportes”.
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Esta investigación propone una búsqueda histórica para reconocer y visibilizar a las mujeres que han contribuido a la arquitectura en Ecuador hasta 1980 bajo la autoría e investigación de Verónica Rosero, Dra. en arquitectura; María José Freire, docente de Arquitectura en la Universidad Central del Ecuador y Néstor Llorca, con el apoyo de la Universidad Internacional SEK, la Universidad Central del Ecuador, el Museo Archivo de Arquitectura del Ecuador, el Colegio de Arquitectos del Ecuador en Pichincha y la Editorial Trama.
María José Freire señaló que, con la recolección de la información pudieron encontrar los nombres de las primeras mujeres en graduarse como arquitectas en Ecuador, como es el caso de Cecilia Rosales, colombiana que obtuvo el titulo de arquitecta en 1967 y en el año 1970 un grupo de mujeres en Guayaquil y Cuenca se gradúan como arquitectas, como Guadalupe Ibarra. Tambíen el caso de Ethel Arias la primera mujer en ejercer la arquitectura en Ecuador , quien validó su título uruguayo en el Ecuador y Evelia Peralta que es fundadora de la revista Trama, una de las primeras revistas sobre arquitectura en el país.
Verónica Rosero comentó que algunos discursos niegan lo que las estadísticas de la investigación mostraron: la existencia de barreras de carácter estructural. Así, erróneamente se ha atribuido la ausencia de mujeres en la profesión a la falta de autoconfianza, esfuerzo o capacidad cuando son las estructuras sociales, políticas y gremiales las que han limitado su acceso, visibilidad y ascenso profesional. Más adelante expuso el capítulo dedicado a Ethel Arias cuyo ejercicio de la profesión en la década de 1950 no estuvo libre de las complejidades de ser mujer en un medio conservador con una profesión masculinizada. Pese a ello, demostró su profesionalismo, destacando su proyecto más relevante: la transformación del Palacio de Gobierno, una obra de carácter historicista pero que desde su pespectiva técnica es una herramienta para abordar el discurso de la modernidad. También resaltó perfiles como el de la guayaquileña Otilda Plaza, mujer práctica y trabajadora cuya profesión fue coartada pese a haber desafiado los estándares sociales de la década de 1930. Estas experiencias abrieron camino a otras pioneras cuyas biografías y proyectos se desarrollan en los capítulos 4 y 6 de la publicación.
Este evento también contó con la participación de algunas pioneras reflejadas en el libro, quienes dieron luz a las palabras y el trabajo realizado por los autores, el cual se puede encontrar de forma virtual y en las librerías del país. Además, abren las puertas al público en general a participar de una exposición virtual gratuita en la página web: pionerasarquitecturaec.com.
La UISEK a través de su Facultad de Arquitectura e Ingeniería Civil, se interesa en la inclusión de las mujeres en la academia y en las profesiones que por mucho tiempo se consideraban masculinas, además de formar profesionales competentes en la proyección y ejecución de soluciones espaciales de arquitectura en el entorno construido, desde una perspectiva integradora de esta profesión, que contribuyan a la mejora de las problemáticas espaciales, constructivas y de gestión de la arquitectura en su contexto.