Christian Narváez Purtschert es parte de la tercera generación de la familia Purtschert dedicada a la quesería en el país, Floralp S.A. Desde 1964, se ha destacado como una empresa ecuatoriana líder en quesos maduros y semimaduros. A futuro, Floralp busca afianzar su marca en el mercado local y, sobretodo, que el consumidor conozca la historia que acompaña y le da valor a su producto.
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¿Cómo nació Floralp en Ecuador?
— Floralp es una empresa familiar, fundada en 1964 por Oskar Purtschert, mi abuelo. Sin embargo, su trayectoria en el negocio comenzó en 1949, cuando mi abuelo emigró de Suiza a Ecuador con proyectos de desarrollo de lácteos en el país.
En los primeros años, mi abuelo y su esposa se establecieron en Cuenca, luego en Quito, y también en la hacienda Zuleta, de propiedad del ex presidente Galo Plaza Lasso. En todos estos lugares impulsaron proyectos de quesería.
Y es que mi abuelo desde niño estuvo involucrado con esta industria y siempre quiso desarrollar algo comunitario. Es por eso que tras su paso por muchas haciendas y comunidades, se radicó en Ibarra y comenzó con Floralp.
La empresa inició con mis tíos, siempre pensando en su pasión, el queso maduro de tipo europeo. Pero en ese tiempo no había en el Ecuador la tradición de los quesos maduros, por lo que diversificó sus ingresos con la venta de leche pasteurizada, pero sin perder su objetivo.
Por eso, a través de los años, Floralp se ha convertido en líder local de ese segmento de quesos maduros y semimaduros. Tenemos una cartera amplia de lácteos, leche, mantequilla, mozzarella, ricota, pero nuestra pasión siempre han sido los quesos de este tipo, desde que tengo memoria siempre ha habido uno en nuestra mesa.
En mi caso, el que prefiero es el Camembert, con una corteza blanca bien específica y que puede ser intimidante para algunos consumidores, pero que cada vez más la gente lo aprecia. Otro de nuestros productos estrella es el queso Mountyer que antes se llamaba Gruyere, un queso con ruedas gigantescas que se dan la vuelta en nuestras bodegas.
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También tenemos quesos frescos como Mozzarellas, lo que nos ha convertido en el principal proveedor de las cadenas de pizza y comidas rápidas del país.
¿De dónde surge el nombre de esta empresa?
— Fue una decisión familiar. Cuenta la historia que estaban sentados mi mamá, mis tíos y abuelos, sugiriendo varias ideas. Al mismo tiempo nació el nombre y el logo. Floralp está relacionado con la Flor de los Alpes Suizos, Edelweiss, uno de los emblemas de ese país. Como imagen, se colocó el monte suizo Matterhorn. Somos una empresa orgullosamente ecuatoriana pero tenemos esa tradición suiza que nos caracteriza.
¿Qué significó para ustedes el último año de pandemia?
— Nos cayó de sorpresa como a todo el mundo, pero tengo un equipo de trabajo excelente con el que pudimos en dos semanas reaccionar bien rápido y bien determinados.
Sabíamos que la pandemia se iba a extender por todo el 2020, y se está prolongando más de lo que imaginamos, pero tuvimos una reacción rápida. Ese tiempo nos permitió cambiar nuestro foco para alcanzar objetivos de corto plazo. En esas dos semanas priorizamos nuestro trabajo hacia la salud del personal, proveedores y clientes de Floralp. Como segunda acción, nos dedicamos a la protección de nuestro flujo de caja para estar listos ante cualquier eventualidad.
En cuanto a nuestros proveedores de materia prima, hicimos lo imposible para no dejar de comprar toda la leche que producían. Además, trabajamos fuerte por cambiar nuestra cartera de productos para adaptarnos hacia dónde van los hábitos de consumo que cambiaron con la crisis.
Esto nos llevó a cerrar un 2020 por sobre las expectativas que nos planteamos en marzo. El año pasado nos dejó en una situación sólida y estable, nos ha permitido separar la empresas en dos categorías (las que superaron la crisis y las que no pudieron), y fue un gusto saber que con el equipo que tenemos salimos adelante. Nos deja muy bien posicionados para este año.
Muchos dirán que para el sector de alimentos fue un periodo fácil, pero no. Nuestros principales clientes eran restaurantes, hoteles, aerolíneas, las cuales dejaron de operar normalmente. Pero trabajamos en varios segmentos y por suerte pudimos sobrellevar la situación.
Tenemos también otros canales de venta como supermercados y estamos entrando con fuerza para ampliar nuestra cobertura.
¿Qué pasó con el personal durante esos duros momentos?
— Decidimos que íbamos a hacer todo lo posible para no prescindir de personal. Hicimos muy pocos cambios en la estructura de la empresa, redujimos sobretiempo y reestructuramos la producción. Es por eso que este año hemos comenzado a hacer contrataciones. Fue un esfuerzo importante por parte de todos. Mientras otras empresas tenían ausentismo del personal de hasta un 50% por temor ante la pandemia, todos nuestros colaboradores se presentaron al trabajo puntualmente. En el momento de dificultad, todos se pusieron la camisa y trabajaron arduamente para salir adelante.
¿Cómo ves el 2021?
— Es un año con mucha incertidumbre. Viéndolo desde afuera, tenemos elecciones y una pandemia que continúa; sin embargo, soy optimista porque nos encontramos bien posicionados y bien preparados, tanto casa adentro como hacia afuera. Estamos proyectando un crecimiento importante para este 2021, que se va a dar de manera diferente, buscando nuevos mercados a los que estábamos acostumbrados en 2019 pero trabajando siempre en dar a conocer mejor nuestra marca y nuestra historia.
Además, estamos convencidos de que hacemos los mejores quesos del país y lo demostramos con cada evaluación organoléptica que hacemos. Esto es por toda la historia que tiene Floralp y la trasladamos al producto.
¿Qué planes o proyectos tienen?
— Vamos a trabajar en dar a conocer la marca y los productos, basados en quienes somos: una empresa llena de pasión por los quesos. Queremos compartir ese sentimiento con nuestros consumidores. También tenemos planes importantes de modernización en nuestras líneas productivas y la flexibilización de las mismas. Estamos aumentando nuestra capacidad de recepción de materia prima, seguimos trabajando muy de cerca con todos nuestros proveedores, que suman cerca de 200, principalmente en Imbabura , Carchi y Pichincha. Seguimos con el asesoramiento para ellos, para que puedan crecer y volverse más eficientes en la producción.
¿Abrirán nuevos mercados?
— Floralp ya se encuentra a nivel nacional. Nuestro mercado más fuerte está en Quito y Guayaquil por el número de su población y su poder adquisitivo. En eso también estamos trabajando, para dirigirnos hacia un canal tradicional con productos especializados pero sin perder nuestra esencia, con nuestros quesos especiales, como el Holandés y Cheddar, de uso cotidiano. Nos movemos muy bien en hoteles, restaurantes, cafés, en autoservicios, y cada vez más fuertes en canal tradicional.
Incluso, el año pasado empezamos a hacer un proyecto de entrega a domicilio en Quito. Como experimento, desarrollamos un catálogo que se publica todos los meses, para poder llegar más de cerca al consumidor.
¿Cómo se ha expandido la empresa?
— La empresa es 100% familiar y ese es un tema primordial para nosotros. Varios miembros de la tercera generación estamos involucrados en el área comercial de la empresa, así como también en emprendimientos propios con la marca: Floralp Delicatessen en Cumbayá, Floralp Delicatessen en Puembo y Floralp República del Salvador en Quito. Nuestra matriz está en Ibarra y tenemos oficinas en Guayaquil y Quito.