La pandemia que afecta al mundo por la propagación del coronavirus, SARSCov2 es un claro ejemplo de cómo las enfermedades infecciosas pueden amenazar la vida y el bienestar de los humanos, a veces de manera impredecible y con un impacto desgarrador.
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En los últimos años, gracias a la investigación científica y al desarrollo de las vacunas, muchas naciones han podido controlar enfermedades igualmente contagiosas y mortales, como el sarampión, la meningitis causada por Haemophilus influenza y la poliomielitis.
Actualmente, muchos científicos de distintas partes del mundo están trabajando arduamente contra el COVID-19, buscando tratamientos y vacunas como parte de su compromiso con la salud pública. Mientras estos esfuerzos se focalizan en lograr controlar esta enfermedad, afortunadamente la población cuenta en paralelo, con vacunas innovadoras para otras enfermedades infecciosas igual de peligrosas, como la Influenza y la Fiebre Amarilla entre otras, las cuales antes causaban temor y sufrimiento, pero que ahora son prevenibles o controlables a través de la vacunación.
En el marco de la Semana de la Vacunación de las Américas, que este año se celebra del 24 al 30 de abril, en indispensable aplaudir el esfuerzo y trabajo incansable de todos los profesionales que están en primera fila contra el COVID-19 y todas las demás enfermedades infecciosas que amenazan la vida.
“Estamos orgullosos de nuestra gente, de los miles de profesionales que trabajan a distancia y de los que están en los laboratorios, en el trabajo clínico y en nuestros centros de fabricación, que siguen asegurando el suministro sostenible y esencial de vacunas. Estamos ante una nueva amenaza y no podemos bajar la guardia. Hoy más que nunca es vital protegernos con las vacunas que sí tenemos disponibles, así podemos reducir el riesgo de contraer otras infecciones y de esta manera contribuimos a evitar el colapso de nuestros sistemas hospitalarios” comentó Maribel Tribaldos, Directora Médica de Sanofi Pasteur.
Justamente, los esquemas de vacunación se consideran una de las intervenciones sanitarias más exitosas y rentables, ya que según la OMS, logran salvar la vida de casi 3 millones de personas al año. Aún así, la organización afirma que en el mundo hay más de 19 millones de niños no vacunados o vacunados de forma incompleta, por lo que podrían correr el riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales. Uno de cada 10 de estos niños nunca llegará a recibir ninguna vacuna y probablemente nunca haya tenido contacto con el sistema de salud.
La ampliación del acceso a la inmunización es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La vacunación no solo evita el sufrimiento y las defunciones causadas por enfermedades infecciosas como la diarrea, la neumonía, la poliomielitis, el sarampión o la tos ferina, si no que también se traduce en beneficios más amplios en materia de educación y desarrollo económico.
En la actualidad, el arsenal terapéutico contempla más de 26 vacunas para la prevención de enfermedades inmunoprevenibles. Entre el año 2000 y 2016 se registraron 84% menos muertes por sarampión gracias a la vacunación.