La planta de GM OBB del Ecuador logró la recertificación BIQ 4 (Built In Quality Level 4), el más alto reconocimiento que entrega la Corporación General Motors a nivel mundial a las plantas que cumplen con los más altos estándares de calidad, acorde con el Sistema Global de Manufactura.
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La auditoría de recertificación determinó que la planta de Quito no solo cumplía con los estándares de la norma, sino que excedía los requerimientos, e incluso algunos de sus indicadores de desempeño alcanzaban el nivel de clase mundial.
Ernesto Ortiz, Presidente Ejecutivo de GM Sudamérica Oeste, destacó la importancia de la certificación porque ratifica la eficiencia en el proceso de producción. “Cumplir con los parámetros de BIQ 4 constituye un reto muy importante, pues nos permite tener procesos sólidos, estandarizados y eficientes que garantizan el ensamblaje de vehículos con los más altos niveles de calidad y genera el involucramiento de todas las áreas que influyen directamente en la fabricación, con eficiencia organizacional y tiempos rápidos de respuesta”, señaló Ortiz.
Para Jean Paulo Silva, director de Manufactura y Calidad de GM OBB del Ecuador, el esfuerzo realizado por la compañía y sus colaboradores garantiza a los clientes que los vehículos que salen de la planta de ensamble cumplen los estándares globales que exige General Motors para todos sus vehículos Chevrolet. “La recertificación es un nuevo hito en la trayectoria de la planta, pues demuestra el alto nivel de eficiencia con el que se desarrolla la operación de manufactura, así como también evidencia el sólido compromiso de nuestros colaboradores para producir vehículos de la más alta calidad”, señaló Silva.
En 2017, la planta de Quito fue la segunda planta de la región y la primera planta de ensamblaje (CKD) a escala mundial en obtener la certificación BIQ4, lo que garantiza que cumple rigurosamente con los estándares del Sistema Global de Manufactura de General Motors, garantizando que ningún vehículo salga con defectos de la línea de producción. El eficiente sistema de manufactura y sus controles de calidad permitieron que la planta de Quito se ubique en el Top 3 global de las plantas de General Motors en indicadores de calidad y en el Top 2 regional por indicadores de productividad.