Ya es toda una realidad, la electromovilidad ha llegado con fuerza al país y Nissan se ha convertido en una de las marcas referentes en lo que a este tema concierne.
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En esta ocasión, la marca de automóviles de origen japonés, ha logrado unir fuerzas con El Automóvil Club del Ecuador (Aneta) para apostar por el desarrollo de la movilidad sostenible en el país.
Nicolás Espinosa, Presidente Corporativo AYASA, expresó que «como empresa automotriz comprendemos que el éxito de nuestro futuro depende de nuestra capacidad para desarrollar soluciones y tecnologías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes y, al mismo tiempo, contribuyan a preservar el medio ambiente». Además, sostuvo que
Dentro de esta alianza para la electromovilidad nuestro vehículo insignia, el Nissan LEAF, se convertirá en una herramienta clave para fomentar una nueva cultura de conducción consciente.
Nissan LEAF es el vehículo eléctrico más vendido en el mundo con más de 380,000 unidades y cuenta con una calificación de cinco estrellas (la más alta) por parte del Programa de Evaluación de Autos Nuevos en Japón.
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Por su parte Gorki Obando, Gerente General Aneta, aseveró que «esta alianza va más allá de un criterio económico, esta alianza va pensando en el presente y futuro de los ecuatorianos sobretodo por tener un aire de calidad».
Sostuvo además que a partir de noviembre del 2018, Aneta obtuvo los permisos para dar inició a sus actividades con cursos de conducción en las Islas Galápagos, específicamente en la Isla Santa Cruz en donde ya cuentan con un Nissan Leaf.
Gracias a esto, los estudiantes son capacitados sobre la importancia del uso de vehículos eléctricos en la preservación del medio ambiente, direccionando la educación hacia el cuidado del planeta.
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Esta alianza estratégica fomenta una cultura de preservación y cuidado del medio ambiente y se encamina a reducir datos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que sostiene que en el Ecuador un 97% de la población está expuesta a una baja calidad del aire y que tan solo en Quito 56% de la huella de carbono se debe al transporte.
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