El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, que visitó en los últimos díez días su país para cumplir una agitada agenda política por el cisma en el movimiento oficialista Alianza País, cuya dirección se disputa con su sucesor, Lenín Moreno, regresó a Bélgica desde su natal Guayaquil.
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El exmandatario, con el apoyo de decenas de sus seguidores en el aeropuerto de esta ciudad portuaria de Guayaquil, llegó a la terminal para abordar un vuelo privado con rumbo a Bogotá, donde cambiará de avión con destino a Bruselas.
Expresó su preocupación por la situación en el interior del movimiento oficialista Alianza País, dividido entre quienes lo apoyan y los que respaldan a Moreno.»Ojalá no nos quiten bajo el tapete el movimiento Alianza País, porque ellos (los morenistas) saben que las bases están con nosotros», declaró Correa.
Varios legisladores y dirigentes de Alianza País fueron a despedir en el aeropuerto de Guayaquil a Correa, quien desde que llegó al país, el pasado 25 de noviembre, ha recorrido varias zonas del país para conversar con militantes oficialistas.
Una de sus últimas actividades fue encabezar una Convención no autorizada de su facción de Alianza País en la ciudad costera de Esmeraldas (noroeste), donde se resolvió abrir un expediente para expulsar del movimiento a Moreno.
«Vamos a fortalecer la Revolución, pero eso también significa hacer una depuración ¡La traición no puede estar en nuestras filas!», escribió ayer Correa en su cuenta de Twitter, al evaluar las resoluciones de la Convención de su grupo.