Luis Suárez se quedó hincado, con la cabeza gacha, masticando la bronca y llorando de dolor por la eliminación de la Copa América. Por su lado, Perú se clasificó a las semifinales derrotando a Uruguay en los lanzamientos de penalti tras el 0-0 en el partido.
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Esta vez fue a él (Suárez), máximo goleador de la Celeste, a quien le tocó morder el polvo de la derrota porque al fin de cuentas fue el único de su equipo que falló el cobro.
Suárez comenzó la tanda de cobros y quien le siguió fue Paolo Guerrero. El ídolo peruano tomó mayor impulso, hizo un movimiento de velocista y de su botín derecho salió despedido un tiro que el arquero uruguayo Fernando Muslera apenas pudo seguir con la mirada.
Guerrero corrió con los brazos abiertos hacia el punto penalti donde la selección peruana consiguió su paso a las semifinales de la Copa América.
Suárez buscó el gol por primera vez a los 14 minutos con un golpe de cabeza que mandó la pelota por arriba de la portería.
Luis, que aún tenía fuerzas para correr, oyó el pitido final mirando al infinito y con las manos en la cintura, tal vez en busca de una explicación al 0-0 que desembocó en los penaltis.