Si hablamos del estadio Maracaná es como hablar de fútbol en toda su esencia. Maracanazo es una analogía a hechos históricos que pocas veces suceden, como lo logrado por Uruguay en 1950 y Liga de Quito en 2008.
PUBLICIDAD
La relevancia de este escenario deportivo se debe a los eventos que ha acogido. El escenario es uno de los estadios más trascendentes de América Latina, ya sea como sede de eventos mundialista o de torneos como Copa Libertadores, Sudamericana y en este caso Copa América.
Tiene una capacidad para albergar a 86 mil aficionados. Este dato puede variar dependiendo de la fecha y el evento.
Internamente ha sufrido modificaciones que han disminuido su capacidad, mientras que la FIFA limita su circulación por cuestiones de seguridad. Sin un registro oficial, se dice que el partido del “Maracanazo” fue presenciado por más de 200 mil personas en el estadio.
Siete fueron los arquitectos dedicados a la construcción del Maracaná. Fue diseñado especialmente para la Copa del Mundo de 1950, final que pierde Brasil ante Uruguay.
“Solo tres personas han hecho callar al Maracaná: Frank Sinatra, el Papa y yo” dijo Alcides Ghiggia, anotador del segundo gol de Uruguay en aquella final del “Maracanazo”.
El 19 de julio de 1992 ocurrió un lamentable hecho en las gradas del estadio. Todo sucedió cuando se derrumbó una parte de esta infraestructura y medio centenar de aficionados cayeron.
Tres personas murieron y tras el siniestro se redujo la capacidad del escenario de 200 a 130 mil personas.
En este mismo escenario, Pelé, catalogado por muchos el mejor jugador de la historia, anotó el 19 de noviembre de 1969 su gol número mil.
Existen dos estatuas en este escenario, el del mítico Zico, por ser el mediocampista más goleador en la historia de torneos de primera división con 406 tantos, y la de Bellini, capitán de Brasil cuando ganó su primer Mundial en 1958.
Para el deporte ecuatoriano, este escenario marcó un antes y un después en el balompié nacional. Justamente en el 2008 tras un agobiante partido contra Fluminense, José Francisco Cevallos tapó tres penales en la tanda de los tiros desde los 11 pasos y con ello los albos se coronaron por primera vez como campeones de la Copa Libertadores de América.