Una polémica se ha generado en el Mundial Rusia 2018. El médico de la selección rusa, Eduard Bezuglov, admitió el uso del amoníaco. Negó que futbolistas rusos se doparan antes de jugar los octavos de final contra España. Y los cuartos de final contra Croacia.
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«Se trata de un simple amoníaco con el que se impregnan trozos de algodón y después se inhala. Esto lo hacen miles de deportistas para animarse. Se utiliza desde hace décadas»
El doctor agregó que el amoníaco «no sólo se usa en el deporte, sino en la vida cotidiana de la gente cuando alguien pierde el conocimiento o se siente débil. Simplemente por el fuerte olor que desprende. Se puede ir a cualquier farmacia, comprar algodón y amoníaco. Esto no tiene ninguna relación con el dopaje», explicó.
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No sería la primera vez
No es la primera vez que el fútbol ruso es considerado sospechoso de dopaje, ya que en 2016 la FIFA abrió una investigación de una trama en la que estarían implicados once jugadores citados por el informe McLaren de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Entre los implicados en la trama figuraría el central del Rubín Kazán, Ruslan Kambólov, que fue convocado para el Mundial, pero fue reemplazado en el último momento por el veterano Serguéi Ignashévich.
El caso de dopaje contra Kambólov, que tuvo que abandonar por una lesión muscular la concentración de la selección rusa a escasas semanas del partido inaugural, fue cerrado por falta de pruebas, según sus abogados.