La ministra de Deporte de Ecuador, Andrea Sotomayor, valora la actuación de su país en los Juegos Suramericanos que concluyen hoy en Cochabamba (Bolivia) pero se considera autocrítica y afirma que aún queda terreno por mejorar.
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«Creo que hemos superado la edición anterior, pero estoy segura de que podemos dar mucho más», manifestó en entrevista la responsable del Deporte ecuatoriano, conocedora como deportista de elite en el campo del Hockey, que nunca hay que darse por vencido.
Ecuador cierra probablemente una de sus mejores actuaciones en unos Suramericanos que no se hayan celebrado en el país, con 94 medallas en total, de las cuales 25 son de oro.
Guayaquileña de 42 años y titular de la cartera desde hace más de un año, cuando entró en funciones el Gobierno del presidente, Lenín Moreno, Sotomayor incide en que «hasta este momento ha sido la primera gran actuación de Ecuador fuera del territorio nacional» tras los juegos realizados en Cuenca en 1998.
Consideró que el medallero nacional es todo un referente en relación a países como Argentina o Venezuela, cuyas delegaciones duplican a la ecuatoriana, a lo que sumó el hecho de que este país no haya participado en todas las disciplinas.
Sin embargo, apela a que a nivel institucional todos los organismos competentes, como su Ministerio, Comité Olímpico, federaciones, además de técnicos y deportistas, aún deben mejorar.
«Yo trato de ser autocrítica. De las cosas que tenemos que mejorar aprendemos todos», arguye.
Sotomayor encabeza un Ministerio que tiene los días contados, antes de que parte de sus competencias queden bajo el paraguas del Ministerio de Salud, mientras que la mayoría las dirigirá una Secretaría Nacional, según un decreto presidencial que reestructuró varias carteras y organismos gubernamentales.
La actual responsable, que no precisó si seguirá al frente de la Secretaría de Deporte, cuya fecha límite para entrar en funciones es el próximo 20 de julio, insiste en que esta circunstancia no repercutirá en los programas y fondos para el deporte.
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«El presidente lo dijo el lunes (cuando se reunió con deportistas ecuatorianos destacados), que no va a haber ninguna afectación. El apoyo va a seguir al alto rendimiento y a las federaciones deportivas provinciales», afirmó.
Trataba así de acallar la preocupación que existe en el sistema deportivo ecuatoriano de que en ausencia de ministro no habrá un presupuesto propio, ni la capacidad de decidir libremente sobre asuntos técnicos.
Entre las áreas que pasarán a Educación -abundó la ministra- está la de educación física, que se supervisará desde el currículo lectivo, sin embargo el alto rendimiento, la formación de deportistas y técnicos o la recreación, quedarán bajo la responsabilidad de la futura Secretaría.
Licenciada en economía especializada en el ámbito agrícola, la ministra presentó el miércoles en la Asamblea Nacional, junto a autoridades del ramo y deportistas prolíficos, un plan para promocionar un estilo de vida saludable a través de la actividad física.
«Queremos que el deporte, la actividad física y la recreación tengan un ámbito importante a nivel nacional a largo plazo», constató sobre el denominado «Plan Decenal del Deporte, la Educación Física y la Recreación 2018-2020».
Para ello, sus funcionarios recorrieron el país estableciendo 400 mesas de diálogo con 4.000 personas, que dieron como resultado ese plan para la próxima década y que recoge, por ejemplo, la inquietud sobre la capacitación de entrenadores.
Animó además a todas las entidades involucradas a «remar hacia el mismo lado para tener una población más saludable y activa» a través de un mecanismo que prevé involucrar a la empresa privada, a los gobiernos autónomos descentralizados y a las federaciones.
En relación al nuevo plan de alto rendimiento que promociona su cartera reconoce que «es verdad que es exigente y tiene varias categorías», pero negó que solo tengan cupo un deportista por disciplina, como han censurado algunos sectores.
Y habló de la atleta ecuatoriana Glenda Morejón, reciente plata en el Mundial de Marcha de China, que fue recategorizada el año pasado, un caso «que nos dejó ver que dentro de un plan de alto rendimiento era necesario tener deportistas que tenían proyección».
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