Los enfrentamientos del Barcelona con el Chelsea son de los que marcan para siempre, en uno de ellos los azulgranas se aseguraron su clasificación para la final de la Champions en 2009, en otro un penalti fallado por Leo Messi supuso el principio del fin de Pep Guardiola como técnico azulgrana.
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Aquel 24 de abril de 2009 nació el Barcelona de los seis títulos. Sí, fue en Stamford Bridge, en las semifinales de la Champions de aquel año.
Después del 0-0 de la ida, todo se había torcido con un gol de Michael Essien en el minuto 9 y aún se complicó más para los de Guardiola con la expulsión de Eric Abidal en el 66.
Aquel Chelsea superfísico de Guus Hiddink no le dio respiro al Barça, pero los azulgranas creyeron hasta el final, a pesar de jugar con uno menos durante la última media hora.
La tensión se respiraba en el campo y en las gradas hasta el último momento, hasta ese instante mágico. Un centro de Alves, despejado por Terry, el balón que cayó cerca de la bota de Eto’o, un mal control y un mal despeje de Essien.
Leo Messi caza la pelota en la diagonal del área grande. Diez jugadores, entre azules y amarillos expectantes, y su pase se sitúa en la media luna del área grande cuando el tiempo se detiene.
Aparece Andrés Iniesta, el tiempo se detiene. Dispara prácticamente a pie parado y el balón acaricia la red junto a la escuadra de Peter Cech.
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La locura se desata, Iniesta se quita la camiseta, el equipo lo celebra apiñado junto al córner. Guardiola corre por la banda y el Barça se clasifica para la final de la Champions que se jugará en Roma, donde vence con autoridad al Manchester United (2-0).
Aquel equipo hizo historia en el Barça, en una temporada en la que se llevó la Liga con aquel 2-6 en el Bernabéu, y la Copa tras golear al Athletic Club (4-1).
Los títulos continuaron en el año natural al ganar la Supercopa de España también ante el Athletic (1-2 en San Mamés y 3-0 en Barcelona), la de Europa frente al Shakthar Donetsk (1-0) con un gol en la prórroga de Pedro y el Mundial de Clubes (2-1 frente a Estudiantes de la Plata) después de un tanto de Leo Messi con el escudo.
De aquel imborrable recuerdo en Stamford Bridge a otro trascendental, aunque de otro signo, también con el Chelsea como protagonista, pero en el Camp Nou.
Fue el 24 de abril de 2012. Aquel era el Barça más maduro y volvió a medirse en unas semifinales de la Champions ante los londinenses.
En la ida, en un partido con múltiples ocasiones para los azulgranas, un gol de Drogba permitió a los ‘blues’ afrontar la ida con ventaja (1-0).
En la vuelta, el Barça se puso 2-0 (Busquets e Iniesta), pero Ramires puso el 2-1 antes del descanso cuando el equipo de Roberto di Matteo ya jugaba con diez por expulsión de John Terry.
La jugada que marcó la eliminatoria y el futuro se produjo en el minuto 49. Messi se dispone a lanzar un penalti. Cech bajo los palos, el argentino dispara fuerte y el balón da en el travesaño.
La tensión acabó con las opciones de los azulgranas que vieron cómo en los momentos finales Fernando Torres marcó el definitivo 2-2 y permitió la clasificación para la final de Múnich, que acabó ganado el Chelsea contra el Bayern de Múnich, que había eliminado al Real Madrid en los penaltis.
Aquella eliminación de Champions puso punto y final al mejor Barça de la historia. «El tiempo lo desgasta todo. Me he vaciado y necesito rellenarme», dijo Guardiola, que pasó un año sabático en Nueva York antes de aceptar la oferta del Bayern de Múnich, después llegó la del Manchester City.
Fuente: EFE