Hoy se lo ve como algo natural, que forma parte del juego, pero la utilización del spray evanescente de los árbitros no tiene una extensa historia dentro del fútbol.
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La idea propuesta por el brasileño Heine Allemagne y el argentino Pablo Silva empezó a tener repercusión a nivel continental y luego mundial.
Esta espuma que es empleada por los jueces durante los encuentros de fútbol para demarcar la ubicación del balón y también la posición de la barrera antes de los tiros libres comenzó a usarse en duelos de mayor envergadura y certámenes internacionales, antes de exhibirse en la Copa del Mundo de Brasil 2014.
Pero jamás hubo un reconocimiento por parte de la FIFA para los creadores. «Desde la muerte de Grondona y el FIFAgate, no nos atendieron más el teléfono», reclama Pablo Silva (periodista de 53 años), quien conoció a su socio brasileño en 2010 e impulsó un producto que ayudó a perfeccionar el deporte.
Don Julio, mano derecha del suizo Joseph Blatter (expresidente de la FIFA), fue una pieza importante para su impulso, pero al parecer las puertas se cerraron desde el arribo de Gianni Infantino, flamante mandatario de la casa madre del fútbol.
Lo concreto es que los inventores patentaron la fórmula y su utilización y ahora reclaman un resarcimiento económico por daños y perjuicios: demandaron a la FIFA por USD 100 millones.
«Fuimos demasiado tolerantes», dice Silva, quien recuerda que el 9.15 Fair Play Limit (tal como está registrado) fue usado por los árbitros en el último mundial y que ellos fueron los que proveyeron de forma gratuita unas 300 latas, pese a que el logo de su compañía fue tapado.
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Meses antes de la Copa del Mundo en Brasil, la FIFA -a través de su exdirector de marketing Thierry Wiel y su exsecretario general Jerome Valcke- les había hecho la insólita propuesta de USD 500 000 para adquirir la patente del spray y quedarse con el negocio.
Las negociaciones no llegaron a buen puerto y tras eso, explotó el FIFAgate con decenas de directivos manchados por corrupción (incluido el segundo mencionado) y se produjo el cambio de autoridades en la cúpula dirigencial.
Ahora, los abogados de la FIFA aseguran que no existen patentes que les correspondan a Allemagne y Silva, pero un tribunal de Río de Janeiro (ciudad en la que fue registrada la demanda por ser la principal sede del Mundial) a cargo del juez Ricardo Lafayette Campos reconoció las mismas en 44 países y ordenó que el spray se deje de utilizar en partidos que estén bajo la órbita de la FIFA, caso contrario, se expondrá a una pena de USD 15 000 por cada uno.
La FIFA, que desembolsó millones de dólares por asuntos legales vinculados a los sobornos que se hicieron públicos en el último tiempo, no está dispuesto a soltar más dinero por causas de este tipo.
«Trabajamos mucho e invertimos dinero y dedicación en este proyecto para aportarle al fútbol la solución a un problema realmente importante y que fue el que dio origen al uso de la tecnología», afirma Silva, quien menciona que este sistema de uso interno en el campo de juego fue predecesor al Goal Line Tecnology y al VAR.
El argentino está seguro de que se hallará una solución que los deje conformes en el futuro cercano: «No pedimos ni más ni menos que se nos reconozca el trabajo hecho. Si la FIFA no quiere hacerlo por su cuenta, bueno, lo hará la Justicia como lo está haciendo».
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