En un hecho que abochornaría al gobierno de Israel, solo cinco de 11 jugadores de la NFL invitados originalmente participaron en una visita cuyo objetivo era mejorar la imagen del país.
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Después del Super Bowl disputado el 5 de febrero, el ministerio de asuntos estratégicos y diplomacia pública emitió un comunicado en el que destacó que varios deportistas “influyentes” visitarían el país y fungirían como “embajadores de la buena voluntad” cuando regresaran del viaje.
El anuncio derivó en que Michael Bennett, integrante de la línea defensiva de los Seahawks de Seattle, cancelara su participación en la visita patrocinada.
Acusó al gobierno israelí de tratar de utilizarlo con fines de relaciones públicas, y manifestó su solidaridad a los palestinos.
Luego, otros jugadores anunciaron que se abstendrían de viajar a Israel.
David Ratner, portavoz del hospital Rambam, dijo ayer que sólo cinco jugadores se unieron a la visita a esa clínica.
Pero Bennett publicó en Twitter una carta en la que declaró, “no me utilizarán de esta manera’’.
