La tarjeta amarilla te condiciona en el campo de juego. Una respuesta irreverente hacia el árbitro, hacia un compañero, una falta fuerte o una mano involuntaria pone en riesgo al equipo en quedarse con 10.
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La roja, en cambio, merma al equipo. El jugador se va enojado, a ver el fútbol en tv o detrás del camerino.
Y, ahora, nace la tarjeta verde que significa lo contrario a las otras dos: el buen comportamiento.
https://youtu.be/SPZT2nenKX0
Sin embargo:
¿Cuándo nacieron las tarjetas amarillas y rojas?
Al inicio, en el fútbol, los jugadores eran amonestados verbalmente. Los árbitro gesticulaban y era necesario para advertir al jugador de que si seguía mal en el partido: ¡chao, a las duchas!
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Las tarjetas aparecieron con la polémica del Mundial de 1966. El hecho pasó en la disputa de los cuartos de final entre Inglaterra y Argentina.
En ese momento, el árbitro Rudolf Kreitlein amonestó a Charltoo; pero nadie se percató en el campo, ni en las gradas. El hecho originó una protesta formal por parte del seleccionador inglés cuando se enteró de ésta por medio de la prensa.
Esto hizo pensar a Keneth George Aston (destacado exárbitro inglés) en una manera de hacer saber a los futbolistas y los aficionados que poblaban las gradas las amonestaciones de los árbitros.
Así, se le ocurrió “copiar” el sistema utilizado por los semáforos. Una tarjeta amarilla significaría precaución, y una roja peligro y al ser recibida: ¡expulsión!
Este sistema se adoptó en el Mundial de México en 1970. El primer amonestado por amarilla en el partido inaugural (México-URSS) fue soviético Kakhi Asatiani.
La primera expulsión por tarjeta roja directa se tuvo que esperar hasta el Mundial de Alemania en 1974, siendo el protagonista Carlos Caszley en el minuto 67 del Alemania Federal-Chile (1-0) que se celebró en el Olympiastadion de Berlín el 14 de Junio de dicho año, siendo el árbitro el turco Dogan Babacan.
EN METRO TV El lado B del fútbol, no todo son sanciones…
