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Ni los atletas más veloces del mundo, si viven en Estados Unidos, pueden escaparse del fisco.
Cada atleta que gane una medalla debe estar preparado para pagar miles de dólares en impuestos.
Esto se debe a que, por cada medalla que ganan, reciben un premio monetario. Este es: $25,000 por medalla de oro, $15,000 por medalla de plata y $10,000 por la de bronce. Y cada una de esas cifras no está exenta de impuestos.
Según medios especializados, el porcentaje de impuestos para los campeones olímpicos es de 39.6%. De manera que pagarán $9,900 por medalla de oro, $5,940 por la de plata y $3,960 por la de bronce.
En el caso de aquellos atletas que ganen más de una, la cuenta va en aumento. Tómese por ejemplo el caso de Michael Phelps, quien tendrá que pagar al IRS más de $55,000 por sus múltiples preseas.