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Río de Janeiro es la primera ciudad sudamericana en organizar unos Juegos Olímpicos, algo que, además de histórico, le sirvió de argumento al Gobierno brasileño para sumar respaldos para adjudicarse la sede, pese a que después se abstuvo de iniciativas para integrar a la región en el evento.
Tras haber alardeado a gritos de que la elección de Río como sede de los Olímpicos de agosto próximo corregía una injusticia histórica con una región geográfica ignorada hasta entonces por el Comité Olímpico Internacional (COI), Brasil no contempló a Sudamérica ni en el recorrido de la antorcha olímpica.
De las cerca de 500 ciudades brasileñas por las que el mayor símbolo olímpico pasará en sus 95 días de recorrido de 36.000 kilómetros, tan solo una está ubicada en la frontera.
Se trata de Foz do Iguaçu, cuya elección no obedeció a su ubicación en la triple frontera con Argentina y Paraguay sino al interés del Gobierno brasileño en promover sus atractivos turísticos, como las famosas cataratas del Iguazú.
Brasil llegó a anunciar un evento especial con la antorcha en Foz do Iguaçu con la participación de autoridades argentinas y paraguayas , algo que no sucedió.