Autoridades del Ayuntamiento de Quito han solicitado a la ciudadanía no acercarse a una osa y sus dos oseznos que pasean por un volcán situado en la capital ecuatoriana y que han sido visto en los últimos días por turistas y rescatistas.
PUBLICIDAD
Christian Rivera, director del Centro de Operaciones de Emergencia del Municipio de Quito, dijo hoy a Efe que «hace unas dos semanas algunos turistas, que suben al sector del teleférico y del (volcán) Rucu Pichincha, así como rescatistas, vieron a una madre y dos oseznos que estaban caminando».
Al tratarse de una especie en peligro de extinción, las autoridades han pedido a los turistas que eviten acercarse y no intenten ir por las crías de los osos andinos, conocidos también como osos de anteojos.
«No representan ningún riesgo para el ser humano», dijo Rivera al recalcar que «no hay evidencia hasta el momento de que haya atacado a personas».
Comentó que un experto en osos les informó de que en esta época escasea la comida en el noroccidente de Quito, por lo que, posiblemente, los osos «están viniendo al sector de las faldas del Rucu Pichincha para comer motiños y achupallas», especies andinas.
Si ya no encuentran esos productos, dijo, hay la probabilidad de que los osos ingresen en plantaciones de maíz del sector, por lo cual insistió en pedir a la población que ayude a proteger a esos osos, que son parte «de una especie en peligro de extinción única en América Latina».
Los osos andinos o de anteojos son silvestres, viven sin contacto con seres humanos «y así hay que mantenerlos», señaló el Municipio.
PUBLICIDAD
Según esa institución, el oso andino es la única especie de su grupo en Suramérica, por lo que constituye «uno de los habitantes más emblemáticos de la Cordillera Andina», donde habita en páramos, bosques nublados y subtropicales.
Investigaciones del Municipio y la Universidad San Francisco de Quito, entre otras organizaciones, revelaron la existencia de una población de cincuenta individuos de oso andino en el territorio noroccidental del distrito metropolitano de Quito.
El Municipio declaró en 2012 al oso andino como una especie emblemática de Quito y en 2013 se emitió una resolución que crea el corredor ecológico del oso andino, con una extensión de 65.000 hectáreas, e involucra a cinco parroquias rurales: Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Nono y San José de Minas.
En 2014 la Secretaría de Ambiente constituyó el programa de conservación del oso andino para cinco años y se constituyó en la hoja de ruta para salvaguardar de la extinción «a la población de esa especie endémica de Quito» y la biodiversidad asociada que habita en el corredor del oso andino, según el Municipio.
Este año, indicó, se intensificará el monitoreo del oso andino en todo el corredor del noroccidente de Quito.
La capital ecuatoriana será, en noviembre de 2017, la sede de la XXV Conferencia Internacional de Osos, en la que se espera la participación de más de 300 científicos, biólogos y especialistas del tema, provenientes de todo el mundo. Fuente: EFE