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La fe no se perdió en este partido y se esperaba por lo menos un empate, pero seguramente muy pocos creían que Independiente del Valle llegaría a La Bombonera, un templo del fútbol argentino rodeado hinchas fervientes de alentar y gritar, a imponer su prestigio ganado en cada fase de la Copa Libertadores, dejando de lado a grandes del fútbol como el Colo Colo chileno, el River Plate, también argentino, o el Pumas mexicano.
El turno fue del Boca Juniors en una noche que los mismos comentaristas argentinos daban por hecho la facilidad de marcar un gol y clasificar. Y así fue al inicio, un gol a los tres minutos marcaron y celebraron a lo grande ya sientiéndose en la Copa. Pero acostumbrado el Independiente a estas cuestas del camino, se acopló al minuto siguiente e inició el ataque. Se quitó el miedo y le comenzó a faltar el respeto con el gol de Caicedo. Independiente clasificado a la final se fue al descanso.
El temor de la reacción del Boca en el etapa complementaria estaba presente, pero los Del Valle no comen cuento y apenas a los cuatro minutos Cabezas silenció las ansias del local con el segundo gol y para rematar Angulo puso la tercera callando completamente las fuerzas del favorito para ganar. La noche fue perfecta, y el mismo arquero Azcona se lució al atajar un penal para liquidar al “grande” Boca.