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De las lágrimas de la Copa América a la vergüenza tras ser condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal contra la Hacienda española: fue un mes horrible para el futbolista argentino Lionel Messi, quien en los próximos días pondrá a prueba su fortaleza para recuperarse de algunos de los golpes más duros de su carrera.
Todo comenzó el 2 de junio, poco después de cerrar una exitosa temporada con el Barcelona con las conquistas de Liga española y Copa del Rey. Fue ese día cuando le hicieron la fotografía que nadie quiere ver, la de un ciudadano declarando ante un juzgado por un presunto delito. En este caso, fiscal.
La sentencia llegó hoy y fue inmisericorde: 21 meses de prisión para él y para su padre, Jorge, a quienes el auto judicial considera responsables de defraudar a la Hacienda española 4,1 millones de euros (4,5 millones de dólares) en los ejercicios fiscales de 2007, 2008 y 2009, al no haber pagado los impuestos por los ingresos percibidos por los derechos de imagen.
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«Confío en mi papá, no sé lo que firmo», dijo el futbolista en el juzgado ese 2 de junio, mirando al suelo y con un hilo de voz. Ese desconocimiento no fue un atenuante, según se vio hoy con la dura sentencia.
Aquello fue también un «show mediático», con 250 periodistas acreditados y centenares de personas agolpadas a las puertas de la Audiencia de Barcelona. Unos pocos alentaron al astro y otros muchos lo llamaron «criminal».
Messi no pudo ocultar durante su declaración los problemas físicos que padecía por un golpe en el costado sufrido en un amistoso anterior jugado con la selección argentina. Unos problemas que se llevó a la Copa América.
El torneo le ofrecía a Messi la posibilidad de centrar su mente en lo que de verdad le gusta, jugar al fútbol, pero todo se acabó volviendo contra él.
Las cosas parecían ir bien. Hasta que llegó la final. Chile se cruzó otra vez en el camino y superó a Argentina en una tanda de penales en la que el propio Messi erró su lanzamiento. Fue la cuarta final perdida por el astro argentino con su selección.
Messi se derrumbó y entre lágrimas hizo el anuncio que nadie esperaba: «Ya está, se terminó para mí la selección».
Al menos, durante este tiempo, cuando decidió poner fin a su etapa en la selección, sí recibió el afecto de numerosos compañeros, ex futbolistas, hinchas y personalidades públicas de todos los ámbitos, pidiéndole el regreso a la albiceleste.
Luego de los duros momentos que vivió tras una nueva final perdida y la renuncia a selección argentina, Messi se marchó de vacaciones junto a su mujer, Antonella, y sus dos hijos. Está en Bahamas y desde allí conoció el veredicto de la justicia española sobre su fraude fiscal: culpable. Ahora sólo le queda el consuelo de que no irá a la cárcel al ser una pena inferior a dos años.