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En el terreno de juego era prácticamente imposible detener a Johan Cruyff. Como futbolista y como director técnico, el holandés siempre encontró la fórmula para superar a sus adversarios y convertirse en un referente del fútbol mundial.
Pero el rival que al final terminó por vencerlo fue el tabaco. Lo que comenzó con un cigarro, después se convirtió en un vicio que practicaba, incluso, en el mediotiempo o al final de los partidos.
Es más, en su presentación como nuevo futbolista del Barcelona fue captado fumando en los tuneles del estadio. También se mostraba con cigarros en mano en el banquillo en su etapa como entrenador. Al final, fue ese vicio el que le quitó la vida a los 68 años.
Su adicción le trajo fuertes consecuencias. En 1991 tuvo que ser operado a corazón abierto por un infarto que le dejaron dos by-pass.
Desde entonces, cambió los cigarrillos por dulces para saciar sus ansias dentro y fuera de la cancha.
Pero en octubre del año pasado le detectaron cáncer de pulmón, que este 24 de marzo terminó por quitarle la vida.
Descanse en paz uno de los mejores futbolistas de la historia.