La guerra en Siria obligó a Yusra Mardini a escapar de su país natal junto a su hermana, mientras su padre, desde Jordania, lograba girar 9.000 euros para que unos traficantes de personas las incluyeran en un bote inflable que las cruce hasta el continente europeo.
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Luego de un mes de haber huido de Damasco y tras haber dejado atrás Beirut y Estambul, la joven de apenas 17 años, quien formaba parte de la selección nacional de natación, se encontraba junto a Sarah, tres años mayor que ella, a bordo de la precaria embarcación que las llevaría junto a otras 18 personas a las costas de Grecia.
Sin embargo, y a pesar de que el viaje sería solamente de 45 minutos, el motor del vehículo se averío a menos de media hora de haber partido y las olas comenzaron a llenarlo de agua.
Luego de haber lanzado el equipaje fuera de borda, ella, su hermana y otros dos jóvenes se sumergieron en el agua fría del mar Mediterráneo y con la ayuda de unas sogas que sirvieron como tirantes, nadaron hacia Europa, antes de que anochezca, llevando tras de ellos 16 almas.
Todo su entrenamiento acumulado y los recuerdos de lo que había pasado días atrás, cuando la prefectura de Turquía había interceptado su bote y las había devuelto a tierra, fueron suficientes para darle las fuerzas necesarias para llevar el bote hasta las costas de Grecia, luego de tres horas y media de nado.
Ya en Europa, cruzó en tren Macedonia, Serbia, Hungría y Austria para llegar a Alemania, en donde se instaló en un campo de refugiados. Allí contó que sabía nadar y fue contactada por el club Spandau 04 de Berlín, en donde se desempeña desde entonces.
Cuando el 28 de enero de 2016 el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció que los atletas refugiados participarían de los Juegos bajo la bandera Olímpica, Mardini agradeció la influencia que su padre, entrenador de natación, tuvo sobre ella, ya que una puerta gigante se abrió frente a sus ojos.
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Tras la noticia de que será ella quien lleve la bandera de la delegación, la Confederación de Deportes Olímpicos de Alemania informó que el 18 de marzo la joven siria y su entrenador actual, Sven Spannekrebs, brindarán una conferencia de prensa para contar sus sensaciones tras la noticia.
La guerra en Siria obligó a Yusra Mardini a escapar de su país natal junto a su hermana, mientras su padre, desde Jordania, lograba girar 9.000 euros para que unos traficantes de personas las incluyeran en un bote inflable que las cruce hasta el continente europeo.
Luego de un mes de haber huido de Damasco y tras haber dejado atrás Beirut y Estambul, la joven de apenas 17 años, quien formaba parte de la selección nacional de natación, se encontraba junto a Sarah, tres años mayor que ella, a bordo de la precaria embarcación que las llevaría junto a otras 18 personas a las costas de Grecia.
Sin embargo, y a pesar de que el viaje sería solamente de 45 minutos, el motor del vehículo se averío a menos de media hora de haber partido y las olas comenzaron a llenarlo de agua.
Yusra Mardini junto a su hermana Sarah durante una sesión de entrenamiento en Berlin, Alemania
AP
Luego de haber lanzado el equipaje fuera de borda, ella, su hermana y otros dos jóvenes se sumergieron en el agua fría del mar Mediterráneo y con la ayuda de unas sogas que sirvieron como tirantes, nadaron hacia Europa, antes de que anochezca, llevando tras de ellos 16 almas.
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Todo su entrenamiento acumulado y los recuerdos de lo que había pasado días atrás, cuando la prefectura de Turquía había interceptado su bote y las había devuelto a tierra, fueron suficientes para darle las fuerzas necesarias para llevar el bote hasta las costas de Grecia, luego de tres horas y media de nado.
Ya en Europa, cruzó en tren Macedonia, Serbia, Hungría y Austria para llegar a Alemania, en donde se instaló en un campo de refugiados. Allí contó que sabía nadar y fue contactada por el club Spandau 04 de Berlín, en donde se desempeña desde entonces.
Thomas Bach, presidente del COI, visitó un campo de refugiados en Grecia en enero
AFP
Cuando el 28 de enero de 2016 el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció que los atletas refugiados participarían de los Juegos bajo la bandera Olímpica, Mardini agradeció la influencia que su padre, entrenador de natación, tuvo sobre ella, ya que una puerta gigante se abrió frente a sus ojos.
Tras la noticia de que será ella quien lleve la bandera de la delegación, la Confederación de Deportes Olímpicos de Alemania informó que el 18 de marzo la joven siria y su entrenador actual, Sven Spannekrebs, brindarán una conferencia de prensa para contar sus sensaciones tras la noticia.
Mientras tanto, Mardini se entrena dos veces por día en la piscina del club de Berlín, que fue construida para ser el escenario principal de la natación para los Juegos Olímpicos que se llevaron a cabo en la ciudad alemana en 1936.
Con información de Infobae