Sucedió durante el choque liguero entre el QPR y el Birmingham City. Dos aficionados, uno de cada equipo, saltaron al terreno de juego para pelearse ante la pasividad de las fuerzas de seguridad del estadio. Uno de ellos encajó un puñetazo en la cara y cayó al suelo a lo que el público respondió con una ovación. El encuentro finalizó con victoria para los locales por 2-0.
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