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Robert Doornbos llegó a ser considerado como una gran promesa para la Fórmula 1.
En 2004 fue el piloto de pruebas de la escudería Jordan y un año después ya tenía un asiento titular en Minardi. Con el equipo italiano corrió ocho carreras, en las que un puesto 13 fue su mejor actuación.
Para 2006 tuvo una nueva oportunidad con Red Bull, pero solo protagonizó tres Grandes Premios y su etapa en la F1 llegó a su fin.
El holandés buscó nuevos horizontes en la ChampCar e IndyCar de Estados Unidos y después corrió en la SuperLeague Fórmula, una competencia que bucaba mezclar el automovilismo con el fútbol.
Después de recorrer el mundo como piloto profesional, Doornbos se dio cuenta de que era momento de dar un giro a su vida y se convirtió en emprendedor.
Pero el holandés no maneja una empresa común. Su proyecto lleva el nombre de Kiiroo y promete llevar las relaciones sexuales a distancia al siguiente nivel.
La empresa asegura que con sus dildos y juguetes sexuales han implementado el «cibersexo en tercera dimensión al incorporar el tacto a Internet».
