Con una cara que denota fastidio y desilusión, Joan Barreda llegó al campamento de Salta, no como hubiera soñado, sino con un abandono consumado en Uyuni y la impotencia de no poder luchar hasta el final con esa obsesión que acarrea en sus seis participaciones: ganar su primer Dakar.
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Tras no haber tomado la salida en la etapa de Uyuni a Salta, el piloto en Torreblanca (Castellón) enterró nuevamente en Bolivia sus ilusiones en su sexta participación en esta prueba de aventura.
“Por supuesto que estaré en el próximo Dakar y trabajaré más que nunca porque quiero ganar esta carrera. Es un momento difícil porque se te queda en el cuerpo la sensación de que aún no te lo crees y que estás fuera de carrera. Tienes tan interiorizadas durante el año las pautas de carrera y los pasos a seguir que, de repente, cuando se trastoca estoy en ese momento que no me acabo de creer que estoy fuera de carrera”, dijo.
«Esta es mi profesión, lo que realmente sé hacer bien, lo que me desvive y lo que me gusta. Es un momento duro, pero tengo que encontrar de donde agarrarme para volver”.