Cuando Allison Brookman llegó a la escuela secundaria Reed Custer para buscar a su hijo Anthony, de 14 años, quien estaba en un entrenamiento de fútbol americano, supo que algo no andaba bien.
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"Uno sabe de alguna manera cuando a un hijo le duele algo o está triste", le dijo Brookman a la BBC.
"Cuando me detuve, vi esa misma mirada en su cara. Se notaba que estaba herido".
Después de que su madre insistiera para saber lo que le pasó, Anthony reconoció que había sido "acorralado" por cuatro jugadores veteranos del equipo de fútbol.
Pero no fue hasta que lo llevó al hospital para examinar sus heridas cuando supo exactamente lo que le había pasado.
Anthony había sido golpeado y abusado sexualmente como parte de un violento ritual de iniciación, novatada o bautizo, como se conoce en algunos países.
"El primero de ellos me pegó dos veces y me tumbó al suelo, me pateó en el lado derecho de mis costillas", contó Anthony en una entrevista con la cadena CBS.