Nicaragua termina un año particularmente turbulento, bajo la amenaza de sanciones por parte de Estados Unidos y con los activistas de derechos humanos denunciado un aumento de la represión.
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La semana pasada, el Congreso estadounidense aprobó una ley que ordena a sus representantes en organismos financieros internacionales oponerse a nuevos préstamos o programas de asistencia técnica para Nicaragua y ordena sanciones contra todos "los responsables y cómplices" de actos de corrupción y violaciones a los derechos humanos en ese país.
Pero la medida, coloquialmente conocida como la Nica Act -que todavía tiene que ser sancionada por el presidente Donald Trump-, por el momento solo parece haber provocado lo que la reconocida activista de derechos humanos Bianca Jagger describe como un "verdadero asalto" en contra del periodismo independiente y las organizaciones defensoras humanos en el mayor de los países centroamericanos.